Hasta hace algunos años, las células madre eran conocidas al interior del ámbito científico y médico, pero no para el común de las personas. Sin embargo, de la mano de los avances en las investigaciones y consciencia de los resultados efectivos que el uso de éstas tiene en el tratamiento de distintas enfermedades, el concepto se fue socializando cada vez más. Es así que hoy la mayoría ha oído hablar de lo recomendable que puede ser extraer muestras de este material biológico desde el cordón umbilical para preservarlo y son muchas las familias que toman dicha opción ante la posibilidad de que en el futuro sus hijos se vean afectados por alguna patología que amerite su uso.
De esto han sido testigos en VidaCel, el primer banco de células madre de Chile, cuenta María Angélica Merino, matrona y jefa nacional de ventas de este organismo. Con doce años de historia, han extraído y criopreservado miles de muestras, principalmente desde el cordón umbilical de los bebés para que sea utilizado en el momento en que se requiera, ya sea por el mismo (banco privado) o por otra persona que encuentre material compatible de las células madre donadas (banco público).
DISTINTOS TIPOS Y USOS
Merino precisa que son 90 las enfermedades aprobadas por la FDA para ser tratadas con células madre hematopoyéticas, que son las que se extraen desde la sangre del cordón umbilical. "Éstas sirven para tratar enfermedades que tienen que ver con la médula ósea, como la leucemia o linfoma, patologías que dan más frecuentemente en la infancia", menciona.
Agrega que existe otro tipo de células madre, las mesenquimales, que así como se pueden extraer desde el tejido del cordón umbilical, es posible obtenerlas desde otros: adiposo, endometrial (rescatándose de la menstruación de las mujeres) y la pulpa de los dientes de leche cuando los niños los pierden. "Este tipo de células sirven para reparar o regenerar tejidos que están dañados por alguna enfermedad, accidente o el paso del tiempo. Un ejemplo es la artrosis y un paciente con esta patología se puede aplicar células madre en una zona para regenerar ese cartílago, y así puede mejorar la funcionalidad de su articulación o disminuir el dolor que acarrea la enfermedad", detalla.
De ahí el papel protagónico que ha tenido el uso de las células madre en el ámbito de la Medicina Regenerativa y el impacto en la Medicina Deportiva, pues junto con contribuir a mejorar la calidad de vida de las personas frente a distintas condiciones, la recuperación de las lesiones es mucho más rápida, según afirma María Angélica Merino.
EL MEJOR MOMENTO
Considerando que existen distintos tejidos para obtener células madre, asevera que mientras más temprano se extraigan y conserven, mejor y el nacimiento sería el momento ideal. La posibilidad de obtener ambos tipos de células madre es una de las razones, pero no la única. "Las células que se obtienen están vírgenes y por eso son de mucha mejor calidad y tienen todo el potencial para poder regenerar los tejidos, y en el momento de realizar un tratamiento tiene mucho mejor resultado", apunta.
Cuando el material genético se obtiene desde la pulpa dental de los niños, también garantiza que aún sean células jóvenes. Eso sí, recalca que sólo se obtienen del tipo mesenquimales y en mucha menor cantidad que del cordón umbilical, explica, pues este último es un tejido que puede medir 50 centímetros, bastantes más que un diente de leche.
FASES DE ESTUDIO
Un aspecto que recalca la profesional es que "lo que se hace con células madre mesenquimales son patologías en fase de ensayos clínicos que están en distintas etapas de investigación, ya sea uno, dos o tres, siendo esta última la más avanzada", aclarando que si bien esto significa que no han sido aprobadas por la FDA, pues falta investigación sobre sus resultados de manera más masiva para protocolizar su uso, sí existe la posibilidad de que las personas accedan a la terapia y obtengan resultados positivos.
En ese sentido, comenta que dentro de las condiciones que están en la fase tres de ensayos clínicos hay enfermedades autoinmunes como el lupus y la artritis reumatoide. "Hay enfermedades neurológicas, como la parálisis cerebral en niños que se produce por asfixia en el parto o accidente anestésico en alguna cirugía, donde se están realizando estudios clínicos y pueden haber algunos en etapa dos. Igualmente, las familias pueden optar a esta alternativa y sé de casos de niños que se le han puesto sus células madre y de sus hermanitos y han logrado mejorar su calidad de vida", sostiene Merino, dejando de manifiesto que los hallazgos en torno a la aplicación de células madre están en constante expansión y que lo esperable es que en el futuro se siga ampliando y aprobando su uso para nuevas enfermedades, razón por la cual la extracción y criopreservación de este material genético puede transformarse en una decisión donde la inversión genere una ganancia futura invaluable para la salud de las personas.
La materia prima del organismo es una de las formas con las que se podría definir a estas células, plantea la matrona María Angélica Merino, pues desde éstas se pueden formar o reparar todos los tejidos.
"Es una célula que puede formar células hijas idénticas a ella y especializarse en distintos tipos celulares", detalla. Es así que las células madre dan origen a células hija que pueden ser de distintas zonas del organismo, como corazón, piel, sangre o hígados, por ejemplo.
María Angélica Merino de VidaCel explica que luego de obtenerse las células madre, se realiza un procedimiento en tanques de nitrógeno líquido. Allí se va disminuyendo su temperatura hasta llegar a los -196°C, que es en la que se criopreservan durante el tiempo que sea necesario. "No hay fecha de caducidad", afirma.
Dependiendo la enfermedad varía la forma de aplicación de las células madre, dice María Angélica Merino. Está el trasplante a través de una transfusión sanguínea, como en los casos de leucemia o linfoma para repoblar la médula ósea dañada, luego de que se haya realizado el tratamiento oncológico. En otras enfermedades se aplica directamente en una zona, como en la articulación dañada por la artrosis para regenerar el cartílago.