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La acción fue gestionada por la instructora de Yoga en la escuela cabrerina, Loreto Muñoz, quien luego de muchas gestiones, llegó hasta Paulina Sepúlveda, instructora de Yoga Kundalini Prenatal en Rukalihuen con la petición. En base a esta necesidad, Sepúlveda pidió y facilitó los implementos desde el centro, siendo autorizado de manera inmediata por sus directores, Ana María Barriga y Ricardo Miranda.

Se trataba de una importante necesidad para la escuela, ya que en tanto no tuvieran la implementación adecuada, los niños y niñas estaban destinados a realizar las clases en contacto directo con el suelo, muchas veces sin calefacción y con temperaturas en descenso durante esta época del año.

En estos talleres participan un total de 45 niños, desde pre-kinder hasta octavo básico. "Esto fue un gran beneficio. Ayudó a que los niños entraran en contacto directo con el suelo, haciéndoles sentir más protegidos y despertando en ellos alegría y curiosidad", reiteró Muñoz al respecto, quien espera poder llevar la disciplina del Yoga a otros establecimientos, sobre todo por sus numerosos beneficios.

Según explicó la instructora, el Yoga puede ser un gran aliado en el desarrollo de los estudiantes, ya que les ayuda a desarrollar el auto conocimiento, la valoración de sí mismos y la valoración del otro.

Por otra parte, Muñoz explicó que además el Yoga les permite a los más pequeños desarrollar el respeto en todos sus aspectos, mejorar la concentracióny participar de una experiencia espiritual disfrutando de personajes mágicos "Se trabaja a través de juegos, asanas (posturas corporales), mudras (posturas de las manos), mantras y ejercicios de respiración, que los dejan llenos de una experiencia tranquilizadora y armónica", finalizó.