La "fábrica de científicos penquista" que busca cambiar la ciencia escolar
"Si tengo que encontrar un calificativo para lo que nosotros hacemos acá esto es como una fábrica de pequeños científicos, donde sabemos que todos ellos serán magíster o doctores en alguna rama de la ciencia cuando cumplan 30 años".
Mientras el grupo de 16 alumnos se toma un breve receso entre sus talleres para posar en una foto para este medio, el profesor de la Universidad de Concepción César Quevedo observa la escena y con la voz entrecortada ve los frutos de un arduo trabajo. Junto a Claudio Opazo, docente formado en la UdeC, iniciaron hace algunos años la apuesta de entregar formación a escolares de la zona interesados en ciencia, por medio del preuniversitario César Quevedo y la academia de ciencia Simes.
Luego de un par de años de trabajo la apuesta avanzó y hoy encabezan al primer equipo escolar de América que participa en el concurso anual "Beamline for school" (Línea de luz escolar), que desarrolla año a año la Organización Europea para la Investigación Nuclear (Cern), el mayor laboratorio de investigación en física de partículas del mundo ubicado en Meyrin, Suiza y que cuenta con el Gran Colisionador de Hadrones.
Con un proyecto basado en la hipótesis de la formación de moléculas orgánicas en meteoritos por medio de un haz secundario de partículas, un trabajo de meses en la UdeC con instrumentos profesionales e incluso la ayuda del Museo del Meteorito de San Pedro de Atacama -con la entrega de cuatro porciones-, la delegación buscará ser una de los dos ganadoras de la versión 2017, que se conocerán a fines de junio, y viajar a Europa para llevar adelante los proyectos presentados al interior del Cern, con apoyo de expertos del laboratorio.
"El proyecto es muy interesante ya que parte de un estudio a meteoritos con materia orgánica que cayeron en Australia durante los 60'. Nos conseguimos meteoritos de la misma familia de los otros, pero sin materia orgánica. Proponemos bombardearlos con aceleradores de partículas y ver si se forman materias orgánicas precursoras de la vida", narra Claudio Opazo, a cargo de la academia de ciencia.
AFICIÓN POR LA CIENCIA
Entre los alumnos que participan del taller durante la mañana de ayer, se encuentran Giorgio Galgano (16) y Javier Rozas (17), del colegio Sain't John School y Sagrados Corazones respectivamente. Ambos son parte del equipo que actualmente participa en la competencia internacional, reconocen que su interés por la ciencia lo llevó a ser parte de la academia como de otras iniciativas y explican que conseguir el premio mayor sería algo único, no solo para ellos.
"Significaría mucho, un punto súper alto y un orgullo enorme. Seríamos el primer equipo de América en ganar esto y el logro más grande en nuestras cortas vidas. El hecho de participar en algo tan grande me ha abierto nuevas puertas", afirma Javier Rozas, quien participará de un campamento de ciencia escolar en Estados Unidos.
También cuentan como compatibilizan su vida escolar como las clases en el taller de ciencias y el trabajo en otras instancias, como es el caso de Giorgio Galgano, quien participará en la competencia de robótica First Lego League a realizarse en Australia. "El sábado no tenemos tantas actividades, pero si hay que estudiar más lo hacemos en la semana. Me complicaba con el rugby en algún momento, pero priorizaba venir acá", explica el alumno de cuarto medio del colegio Sain't John.
Los alumnos coinciden con que el trabajo en equipo es una habilidad fundamental para poder llegar a competir a nivel internacional. "Cuando comenzamos se notaba el típico estereotipo de personas calladas. Rompimos el hielo con las semanas y lo hemos pasado súper bien", apunta Giorgio Gargano.
Mientras esperan los resultados de la competencia, el profesor César Quevedo reflexiona sobre el rol que la ciencia puede tener en los más jóvenes. "Siempre debemos tener una mirada esperanzadora en la ciencia, ya que su fin último es mejorar la calidad de vida de los seres humanos. Hay una parte quijotesca pero también debe haber algo concreto de que estas personas se ganen la vida de manera noble. Si nos quedamos sin capital intelectual perderemos el rumbo", apunta.
-Esto es como el tango, donde se reúnen todos aunque sean pocos. Estos son los muchachos a los que les interesa la ciencia y tienen una motivación intrínseca, por ello nuestra apuesta es ir más allá de la ciencia escolar. Si deben tener acceso a ella, dar todas las oportunidades; ahora a la minoría le puede interesar, pero esta minoría es transversal.