Rayos de sol que aparecen entre nubes, lluvia, frío y humedad son condiciones que junto con caracterizar a la época otoño-invierno, son propicias para que se desencadene un incremento de enfermedades respiratorias causadas por virus, tanto de las vías altas como bajas.
Parainfluenza, adenovirus, influenza y virus sincicial respiratorio (VRS) son los agentes virales que, año a año, se posicionan como los más prevalentes y principales responsables de las infecciones, precisa Rodrigo Escobar, pediatra de Megasalud y del Hospital Clínico Regional de Concepción.
Afirma que los adultos mayores, pacientes con alguna inmunodeficiencia o patologías crónicas como cardiopatías o insuficiencias renales, y los niños menores de un año y nacidos prematuros son la principal población de riesgo a adquirir estos virus y a que los cuadros se complejicen.
Sobre esto, destaca que mientras el parainfluenza y adenovirus se ven más y generan menos complicaciones, especial cuidado se debe tener con la influenza y el VRS. "El VRS es el que produce más hospitalizaciones. De todos los niños que consultan por patología respiratoria en el hospital, cerca de un 10% se hospitaliza y de esos el 1% pasa a la UCI. Por lo que no deja de ser grave la situación", detalla.
LO QUE SE DEBE EVITAR
Desde la experiencia de Escobar, en comparación a años anteriores las consultas por enfermedades respiratorias no están en su peak y cree que éste se producirá en junio o julio, cuando disminuyan aún más las temperaturas, aseverando que cuando aumentan los casos, también se incrementa la cantidad de pacientes graves y de hospitalizaciones.
Es por lo mismo que el especialista opina que aún es un buen momento para realizar acciones preventivas para evitar las infecciones y mitigar los efectos de los cuadros. En ese sentido, vale la pena considerar que frío, humedad y cambios de temperatura son parte de los gatillantes, razón por la cual es fundamental manejarlos de distintas formas como el control de la calefacción dentro del hogar y las variaciones de temperaturas entre los dormitorios, y también al salir.
El contagio es otro factor importante, apunta Escobar. "Estos virus se contagian generalmente a través de la vía respiratoria fina, por las secreciones", afirma el pediatra, por lo que el lavado constante de manos o taparse con el antebrazo al estornudar y toser, además del uso de pañuelos desechables son precauciones que no se deben olvidar.
Eludir al máximo los sitios donde hay aglomeraciones como centros comerciales o los jardines infantiles y colegio también puede ayudar; allí se pueden albergar una mayor cantidad de virus y es más probable el contagio. En ese sentido, el especialista plantea que cuando un niño se enferma, si bien a veces no hay quién lo cuide y eso dificulta su reposo en casa, lo ideal es no enviarlo al establecimiento educacional al que asiste hasta que se recupere. Así se evita exponerlo a condiciones que agraven o extiendan la duración del cuadro y la propagación de la enfermedad.
Desde lo anterior, el kinesiólogo Gonzalo Reyes Jara dice que se deben mantener limpios los ambientes cerrados como el hogar, enfatizando que la ventilación diaria es otra medida preventiva básica.
El académico de Kinesiología de la Universidad San Sebastián también aclara que no siempre estar más abrigado es mejor. "Muchas veces el sudor generado queda en el cuerpo, lo que predispone a resfriarnos. Debe abrigarse lo suficiente según se encuentre dentro o fuera del hogar", puntualiza.
ESTAR ALERTA
Saber cuándo estar alerta es otro aspecto clave y cuenta que signos de gravedad son fiebre, tos con o sin expectoración, decaimiento, dolor corporal generalizado, dificultad para respirar o tragar, sensación de ahogo y disminución del apetito.
"Al ser un virus el causante de estos síntomas, su duración no suele pasar de los siete días. Estos síntomas pueden mantenerse o aumentar si es que la infección es producida por bacterias, las que además de lo anterior, generan muchas veces secreciones de color amarillo o verde", comenta.
Ante esto, su consejo es dirigirse al médico para así verificar la complejidad de cada cuadro y tomar medidas en cuanto a su manejo. Menciona que "en el Cesfam, podrá ser derivado a la sala de Infecciones Respiratorias Aguadas (IRA) en el caso de los niños, o de Enfermedades Respiratorias del Adulto (ERA), donde el kinesiólogo realizará ejercicios respiratorios para disminuir la cantidad de secreciones y que el paciente pueda respirar sin dificultad. También enseñará cómo utilizar los medicamentos e inhaladores, que ayudarán a sentirse mejor y a recuperarse más rápido".
Respecto al especial cuidado que deben tener las personas en edades extremas, Reyes explica que es debido a la dificultad que se presenta en la eliminación de las secreciones; en el caso de los pequeños por inmadurez del desarrollo y en los adultos mayores por alteraciones producto de la vejez. "Esto es lo que hace que se mantengan los cuadros respiratorios en el tiempo y generen mayor compromiso en la vida de estas personas, ya que requerirá de la utilización de antibióticos y otros medicamentos. Además, se pueden producir otras secuelas a nivel pulmonar que pueden ser transitorias o de por vida", finaliza.