"Me gusta que se pueda contar el final de una historia en el primer párrafo"
Quizás algunas de las claves narrativas de Victor Bascur Anselmi (31) estén en el ajedrez, sobre todo, lo que se relaciona con la creación de desenlaces. De hecho, este escritor y periodista cuenta que lo practica desde los 10 años.
"Es un tema que me apasiona", define, reconociendo que desde ahí se lanzó a escribir el relato "Sacrificio de peón", durante las vacaciones de invierno del año pasado.
Si no el mejor, es uno de los más destacables ocho cuentos que aparecen en el número especial de la revista Mocha dedicado a su obra. La publicación, de 57 páginas e ilustrada con fotografías de Pablo Clarke, acaba de aparecer en Concepción. Ello, junto a otro especial dedicado a la poesía de Omar Lara, ambos números bajo la etiqueta "De colección".
Bascur cuenta que la idea de publicar estas obras -temporalmente se extienden desde 2010 ("Testigo y cómplice") hasta el año pasado- nace por la invitación que le hicieron desde la apuesta dirigida por Iván Monsalves.
"Luego de 11 años, querían hacer un par de números de colección: uno de poesía (Lara) y otro de narrativa, que es el mío. Me interesó desde el primer momento".
- La Mocha es el salvavidas que mantiene a flote a muchas personas con interés literario en Concepción. Me gusta que se venda en la calle, en los bares, en los rincones que son postales de la ciudad. Y me parece atractivo que sea un "objeto", que incluye un gran trabajo fotográfico a cargo de Pablo (Clarke).
BASCUR: EL ESCRITOR
Un dato. Y no menor. Es primera vez que el actual jefe de comunicaciones del Gobierno Regional publica formalmente, digamos con cuerpo en cuanto a la reunión que hace acá de sus cuentos.
"Así es. Antes sólo había aparecido en algunas antologías, en algunos libros de premios literarios y en un libro que hice yo mismo, que le regalé a mi mamá para un cumpleaños", dice quien fue parte -como finalista- de la última antología del concurso de cuentos de revista Paula con "Sacrificio de peón" (presentado en agosto).
Hace 7 años, "Testigo y cómplice" obtuvo el premio internacional Julio Cortázar, mientras que "Franco", otro de los relatos antologados en Mocha, obtuvo mención honrosa en el premio Roberto Bolaño (2011).
- La narrativa que más me interesa es la que juega con el fondo y la forma. Actualmente, hay mucha gente que escribe muy apurada por publicar y al leerlos uno nota que no hay trabajo detrás. Una historia buena no basta para escribir, así como un bello paisaje no basta para pintar. Me parece hermosa la idea de Hitchcock sobre la sorpresa y el suspenso. Me gusta que se pueda contar el final de una historia en el primer párrafo y aun así sostener la narración por varias páginas porque, insisto, la forma importa.
- Hay laberintos, persecuciones y acertijos, porque me gusta que el lector sea cómplice y no sólo testigo, como decía Cortázar. De ahí el nombre del cuento que abre esta compilación. Me gusta mucho jugar y experimentar con las formas de narrar que si bien deberían ser lineales, perfectamente pueden ser laberínticas.
- Estando a años luz de todos ellos, reconozco que los he leído y releído innumerables veces. Para mí, leer "El Aleph" de Borges, "Final de juego", de Cortázar, o "Llamadas telefónicas", de Bolaño, fueron un camino de ida. Pero como nerd orgulloso de serlo, agregaría que me gusta mucho el proceso narrativo de personas que no necesariamente son escritores tradicionales como Alan Moore, David Fincher o el muy actual Denis Villeneuve.
- Me interesa la novela policial y el humor negro, porque crecí en un barrio y la única manera que tenemos de encontrar justicia es inventándonos una historia de venganza (que nunca llegaremos a ejecutar) o cagándonos de la risa de nuestras desgracias.
- Absolutamente. Quería contar cosas que pasan en Concepción, porque cuando abro los libros chilenos veo Lastarria, Las Condes y Puente Alto, pero nunca la Plaza Perú, la calle Ongolmo o el Mal Paso. Las pocas veces que veo a Concepción en la literatura chilena, es con una mirada caricaturizada o histórica, nunca actual. En ese sentido, el rock penquista ha contado mucho mejor nuestra realidad que los escritores locales.
- En Chile hay una obsesión por publicar libros rápido para autodenominarse escritor. Y estamos plagados de personas que se llaman "poetas" a sí mismos. También hay una necesidad extraordinaria de recalcar los premios literarios, como si la literatura no fuera buena si no recibe uno. He visto a pésimos escritores recibiendo premios y a algunos muy grandes nunca reconocidos. Por eso, lo que viene ahora, simplemente, es seguir escribiendo.
- Que la gente lee y que Concepción es una gran ciudad para vivir.