Ingenieros y arquitecta crean lápiz que facilita aprendizaje a personas ciegas
Todo partió a fines del año 2014, cuando se hizo un seminario de inclusión que buscaba que la Universidad Católica de la Santísima Concepción (Ucsc) comenzara a integrar a estudiantes ciegos.
Fue en ese momento que Eduardo Arriagada, académico de Ingeniería de la casa de estudios, conoció a Patricio Parada, director de la Corporación de Ayuda al Limitado Visual (Coalivi), quien lo invitó a ese centro, donde conoció la tecnología que usaban ahí.
Una de las cosas que le llamó la atención es que las personas ciegas no tenían lápiz para escribir. Contaban con otros equipos, como la máquina Perkins, que pasa 5 kilos y cuesta $1 millón, la pizarra Braille o la speak Braille cuyo valor supera los $500 mil o la línea Braille, que puede superar los $4 millones.
PRUEBAS
TÉCNICAS
"No es tecnología de fácil acceso, hay que postular a algunos beneficios y esperar que llegue ese aporte. Por eso, junto al también académico de la Ingeniería de la Ucsc, Jorge Galleguillos, en conjunto con la arquitecto Paulina Molina, comenzamos a crear este proyecto de un lápiz al que llamamos 'Noteikin'", contó el profesional.
Así nació esta sociedad por acciones, que está en la fase de pruebas técnicas y comercial para su fabricación. El nombre lo creó Paulina, que viene del inglés asociado a tomar notar.
Arriagada explicó que las personas limitadas de visión para poder escribir en una pizarra Braille deben hacerlo de derecha a izquierda con un punzón. Hacen los relieves, dan vuelta la hoja y tocan para leer de izquierda a derecha. Quien sabe la técnica no tiene problemas, pero un niño que empieza aprender lo hace en la máquina Perkins, que es muy parecida a una de escribir y con la cual deben ir al colegio, con el peso que tiene.
Por eso crearon este lápiz, porque, según el experto, las personas ciegas se inclinan hacia las carreras humanistas, porque tiene muy buena memoria. Para las ingenierías, se ven muy pocos, porque para desarrollar problemas matemáticos requieren una hoja y un bolígrafo.
El "Noteikin", que funciona de manera inalámbrica y dura 24 horas con carga, tiene un botón pulsador que discrimina los relieves. Permite leer y escribir a través de los códigos morse y Braille. Lo clave es que es muy fácil de usar para personas con discapacidad visual, motora o sensorial.
Otro detalle importante, es que tiene un sintetizador de voz lo que permite leer el texto, además que al tener Bluetooth, todo lo que capte el lápiz lo puede transferir a un teléfono inteligente (smartphone) o a un computador.
"Con esto, el niño no necesitará la máquina Perkins, porque gracias a este lápiz, que fue concebido en una impresora 3D, puede ir al colegio, tomar las notas del día, llegar a su casa, la mamá descarga los apuntes y podrá leer un texto estándar. La desventaja de la máquina y la pizarra es que la madre tiene que saber Braille de lo contrario no lo puede ayudar en las tareas", detalló.
SUGERENCIAS
Arriagada aseguró que en cuanto a velocidad, está al nivel de la pizarra Braille como para tomar datos. El año pasado si hicieron varios prototipos que se probaron con personas ciegas y en base a eso obtuvieron varias sugerencias para mejorar el dispositivo.
A modo de ejemplo, la forma de tomarlo, que es más fácil, pues se pude ir con el bastón en una mano y en la otra el lápiz. Incluso, es un buen respaldo para quien vaya a un supermercado, pues hace la lista en la casa y luego la escucha.
Lo que más valoraron las personas con inconvenientes visuales fue lo liviano que es y muy sencillo de usar. El ingeniero rescató que para las personas diabéticas también es muy útil, porque pierden el tacto, por lo que el hecho que tenga audio les facilita la vida.
El profesional afirmó que partió con una idea conceptual que se envió para obtener la solicitud de patente internacional, porque es un producto único en el mundo y con Brain Chile, iniciativa impulsada por el Centro de Innovación UC Anacleto Angelini, la Escuela de Ingeniería y la Dirección de Transferencia y Desarrollo de la Universidad Católica, junto a Banco Santander, consiguieron el financiamiento para poder construir los prototipos, mientras se postuló a un Corfo en la línea del emprendimiento social para iniciar el proceso de fabricación, lo que de acuerdo a la planificación entregada, sería para agosto de este año. "Seremos nosotros los fabricantes del lápiz, no lo entregaremos a un tercero", subrayó.
Asimismo, fue finalista en Categoría Diseño Premio Nacional Avonni 2016 y Cuarto Lugar de Inversión en Brain Chile del mismo año. Además, ganaron la Ideatón, un concurso que lidera la Teletón.