El desconocimiento en torno a las expresiones del cuerpo, definido como "saberes truncados" por Luis Corvalán, motivaron a este artista penquista a mostrar su obra "Los saberes del cuerpo", que bajará el telón de sus funciones esta noche, en el Punto de Cultura Federico Ramírez Sepúlveda (O'Higgins 525), a partir de las 20 horas.
Se trata de un ejercicio escénico que se articula de manera muy sencilla, presentando poco a poco sus elementos, que van relacionados con el lenguaje corporal. Además, tiene una fuga en un in crescendo, tanto en lo gestual y corporal, como en la composición misma.
Es importante destacar que el origen de esta actividad se proyecta en "Le corps", libro del filósofo francés Michel Bernard.
"El autor plantea, por un lado, el esquema corporal y, por otro, la imagen del cuerpo. Entonces, me quedé con estas ideas que luego me derivaron a dos conceptos claves que le dan definitivamente la esencia a la obra. Se trata del placer y el sacrificio", señala el bailarín y además codirector del centro cultural Revuelo.
Una vez que el contenido de la propuesta escénica se identificó, el autor comenzó a trabajar minuciosamente con pinturas del renacimiento, como una referencia clara de lo que quería representar. "Observé mucho y entre ello llegué a la imagen de Jesús sacrificado. Ahí, por un lado tienes la esencia del sacrificio, pero por otro, se logra apreciar un estado de placer increíble", apunta el artista.
Respecto a las presentaciones locales de esta agrupación, conformada por 4 integrantes más el compositor musical, caben en el marco de las actividades de "Comunidad acción: plataforma internacional de danza contemporánea en la Región del Biobío", que corresponde a un proyecto de la organización cultural penquista Revuelo.
VISIBILIZAR LA DANZA
Uno de los principios que marca este montaje, tiene relación con proyectar la danza más allá del espectáculo.
"Básicamente lo que hay aquí, es plantear el tema del cuerpo en general. Lo que se percibe en la actualidad es que tenemos una educación muy básica y precaria de lo que se entiende por cuerpo, tanto en expresiones emocionales, físicas y enérgicas", comenta el artista.
Entonces desde ahí, señala, quisieron también tratar estos temas del sacrificio y el placer.
"Ello, porque es un constante que estamos viviendo a diario y no nos damos cuenta", enfatiza Corvalán.
Y es que las críticas ante la profesionalización de este arte, en la actualidad, trasciende la escena penquista.
"En Concepción falta mucho que trabajar aún. Acá no se cuenta con una escuela de artes escénicas y eso -claramente- tiene una repercusión muy fuerte en la disciplina. Se genera un desconocimientos muy marcado en la gente respecto a lo que sabemos del cuerpo. Sin embargo, esta escasez de saberes se da en todas partes. No hay diferencias en ciudades. Tú te paras en cualquier ciudad del mundo y es lo mismo", apunta el bailarán, quien actualmente se desarrolla como académico del área de danza contemporánea en la Universidad de Chile.
PIEZAS DEL ENGRANAJE
Con una inusual forma de trabajar, pero no por eso menos efectiva, los protagonistas de este montaje escénico, cuya duración es de una hora, tuvieron que lograr la compatibilidad en tan solo una semana.
"Cuando llamé a los intérpretes, di con dos de Santiago y dos de Concepción. Y como suelo trasladarme entre estas dos ciudades debido a mi trabajo, comencé a desarrollar el proceso juntándome a ensayar con todos por separado", comenta.
A una semana de estas presentaciones logramos juntar el grupo.
La obra no sólo ha sido acogida por los penquistas (dos funciones), sino también tuvo cabida en la sala Claudio Arrau de Santiago, los días 6, 7 y 8 de octubre pasado. "Esto se constituyó en ese contexto y eso fue lo que nos abrió la puerta a realizarlo acá también", apunta.
La recepción que han tenido hasta el momento con "Los cuerpos que yo habito", tiene a los participantes conformes, no porque se trate de un público masivo, sino por captar la atención, a partir de movimientos corporales.
"La gente entra a mirar y los más atrevidos participan y preguntan sobre qué estamos realizando. Pero lo relevante es que el tema del cuerpo causa mucha curiosidad, porque la danza contemporánea siempre causa el deseo de querer saber más. Detrás de un cuerpo hay muchas historias", finaliza Corvalán.