Un soldado israelí de 20 años fue condenado a 18 meses en prisión por matar, en 2016, a un atacante palestino que se encontraba desarmado, herido e inmovilizado en el suelo. El caso ha desatado una enorme polémica en Israel, con implicancias políticas y un fuerte debate con respecto a lo que es aceptable o no en la lucha contra el terrorismo.

Elor Azaria mató a Abdul Fatah al Sharif, en Hebrón, ya que había matado a un compatriota en combate, por lo que "merecía morir", dijo Azaria. Indignado con la sentencia, el padre de Sharif, aseguró a un medio de noticias israelí que "un año y medio es una broma, se están riendo en nuestra cara". Hanan Ashrawi, miembro del Comité Ejecutivo de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), dijo que la sentencia es "una devaluación de la vida humana, especialmente la de los palestinos que han sido oprimidos y capturados por la ocupación durante demasiado tiempo". Agregando que "la impunidad del comportamiento de Israel como Estado se extiende a las acciones de sus solados y sus ciudadanos".