Palomitas de Laraquete están certificadas como "tesoros vivos"
Aunque ellos ejercen sus oficios y saberes en sus propias localidades, a través de la herencia de sus familias y cercanos; ayer traspasaron las fronteras para transformarse en figuras nacionales.
Así, el titiritero Sergio Guzmán, la tejendera y matriarca de la comunidad Colla, Basilia Escalante; la familia Marilicán Lindsay y el colectivo Las Palomitas Blancas, llegaron a La Moneda para recibir de manos de la Presidenta Michelle Bachelet y del ministro de Cultura, Ernesto Ottone, el reconocimiento como Tesoros Humanos Vivos de Chile 2016 (THV).
Ahora sus nombres y oficios integran la nómina de los 42 cultores individuales y colectivos que desde 2009 han sido distinguidos como THV, programa del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, que busca valorizar y visibilizar aquellas personas y comunidades portadoras de manifestaciones del patrimonio cultural inmaterial. "Son de alta significación para el país, buscando establecer las herramientas para una eficaz puesta en valor de su patrimonio, promover su registro, transmisión y salvaguardia", explicaron desde el Cnca.
DESDE LARAQUETE
En el reconocido patio Los Naranjos, los cultores recibieron el reconocimiento consistente en una certificación pública de su calidad de Tesoro Humano Vivo, además de un estímulo económico de $ 3.000.0000 para cultores individuales, y $ 7.000.000 para los colectivos, como es el caso de Las Palomitas.
Las reconocidas provenientes de Laraquete, en Arauco, integran un grupo dedicado a la elaboración y venta de tortillas de rescoldo. Se trata de un patrimonio alimentario extendido a nivel nacional, cuya particularidad desde el punto de vista culinario es la incorporación de productos del mar a la tradicional tortilla.
Al respecto, la seremi de Cultura de la Región del Biobío, Marcia Orellana, también presente en la ceremonia, destacó el reconocimiento realizado a las Palomitas Blancas de Laraquete.
"Cuando fuimos a darles la noticia de su premio, conocimos en terreno el tremendo esfuerzo y sacrificio que todos los días realizan ellas para mantener viva esta tradición (...) Por años les ha permitido dar trabajo a cientos de personas y sacar adelante a sus familias. Se trata de un oficio que se ha traspasado de generación en generación y que esperamos poder seguir acompañando como Consejo de la Cultura, a través de nuestra unidad de patrimonio", destacó satisfecha la máxima autoridad regional del ramo.