Las lecciones de una estrella del canto a las nuevas generaciones
Observa atentamente a Ricardo Reyes (17). Algo nervioso, el alumno de segundo medio y voz del coro del Colegio Fraternidad de Lomas Coloradas, en San Pedro de La Paz; sigue las pacientes y didácticas instrucciones dadas por Verónica Villarroel.
La reconocida soprano con raíces familiares en nuestra ciudad, llegó el miércoles al Colegio Concepción de Pedro de Valdivia, para reunirse en una "masterclass" con los alumnos "corales" de los 5 establecimientos, que funcionan bajo el alero de la Corporación Masónica.
A los dos citados se unieron, entonces, el Concepción de San Pedro de La Paz, Chiguayante y Los Acacios. Entre todos sumaban 70 "cantantes" de enseñanza básica y media, quienes también atendían las palabras de la soprano con más de 30 años de carrera artística. "Fue una tremenda experiencia, porque no todos tienen la posibilidad de encontrarse con una artista de esta categoría, y tener sus consejos", resumió Reyes al término de su estada en el escenario durante unos 15 minutos.
Y es ésta la vibra que se proyectaba en el auditorio del establecimiento educacional, al que llegó Verónica acompañada de su hermana menor, la también soprano Maribel Villarroel.
Un detalle que a ambas les quebró positivamente la rutina en este tipo de actividades fue la calidad y vuelo de las preguntas que les hicieron los jóvenes presentes en el auditorio de la sede de Pedro de Valdivia.
"Me llamaron la atención las preguntas, especialmente, de muy diversa naturaleza. Fueron más allá con sus consultas de lo típico de '¿cómo empezó su carrera'? Consultaron sobre las horas de ensayo que se necesita en un coro, o cuestiones de cómo lo hizo usted. En general, me parecieron cuestiones más futuristas, más certeras", destaca la hermana mayor, quien hoy, a las 20 horas, ofrecerá un concierto en el Teatro Marina del Sol. Esto en el marco de la celebración de los 62 años de las Corporación Educacional Masónica de Concepción (Coemco).
ENSEÑAR... LA VIDA
La artista de 51 años con residencia entre Nueva York y Santiago, donde dirige la academia que lleva su nombre hace ya 6 años; se le nota el entusiasmo y la emoción de enseñar, "moviéndome por todo el país". También entregándoles consejos a chicos que promedian 15 años, algunos de los cuales la ven como referente -se notaba el conocimiento sobre su persona entre los presentes- en sus sueño de seguir una carrera en la música. "Hay que aprender, esforzarse y profundizar cada día en algo nuevo. También aprendan de la vida, porque el conformismo no ayuda para nada", lanza la soprano a la audiencia.
- Acá me pasa lo mismo que he experimentado en muchos lugares. Hay vida, talento y deber en todo el mundo. Me siento cómoda al ver que ellos responden, considerando que son súper jóvenes. ¿Qué pensaba uno cuando tenía esa edad? (...) En lo personal, estaba muy desconectada. Creo que a veces uno escucha a ciertas personas, a cierta edad, por lo que ahora el mensaje es que hay que seguir adelante, perseverar, lo importante es que hay que levantarse cada vez.
- Estamos viviendo en una época donde se aprende a través de Internet (tutoriales). Es un aprendizaje distinto a lo que nosotros tuvimos. Yo lo aprendí con los mismos maestros, con los directores de orquesta, cantantes (entre ellas Renata Scotto, una de sus maestras que la instaló en Julliard School a mediados de los años 80). Ahora uno escucha a través de Youtube u otros medios, lo que me parece fabuloso. Sin embargo, también creo que hay que rescatar la tradición. Y estas generaciones que vienen después de uno, hay que llenarlas de tradición, porque el conocimiento también se pasa de boca en boca. Está claro que hay otras formas de conocer (internet), pero es un poco por encima.
- Me gustaría que ahondáramos más en lo que significa, por ejemplo, ser cantante, cómo se respira, cómo se canta a la italiana, cómo uno expresa con sus pómulos, sus ojos, su presencia, cómo se viste o se relaciona con su entorno.
- Siento que nosotros (los chilenos) somos un poquito apocados. Me gustaría romper con eso, ese miedo (...) ¿Qué es el temor al ridículo? Esa expresión hay que sacarla de nuestro vocabulario y, al contrario, debemos ser más desarrollados, abiertos y atrevernos a cometer errores, de ser más que menos. Tenemos que querernos más: basta con esa idea de que todo lo de afuera es mejor, que lo de nosotros. Por eso hay que invertir en nosotros mismos para potenciarnos, porque el talento es el mismo en todo el mundo.
- Falta mucho más en la formación, como te decía apuntando a la tradición. Hay que trabajar mucho en nuestra técnica, musicalidad, dicción, actuación e interpretación (...) Nos falta ahondar en eso. Por lo mismo pienso que nuestros maestros deben ser potenciados, darle oportunidades de tener roce musical y específico para que nuestro conocimiento vaya creciendo. Eso tiene que compartirse. No creo en no hacerlo, porque un buen artista se compone del aprendizaje de muchos no de uno solo. Esa variedad la tenemos que entregar.