Tiempos de espera son la principal molestia de usuarios en salud
Pese al crecimiento sostenido que ha experimentado el presupuesto asignado a salud en los últimos diez años, el sistema no ha mejorado. Esa fue una de las principales conclusiones de la VII Encuesta sobre el Sistema de Salud aplicada por el Instituto de Salud de la Universidad Andrés Bello en el Gran Concepción.
Para ello se aplicaron encuestas presenciales en 401 casos, segmentados por sexo, nivel socioeconómico y edad.
Su director, Héctor Sánchez -quien es licenciado en salud pública y ex superintendente de isapres-, detalló que "tenemos un sistema que está gastando más, entre un 6% y un 9% del presupuesto al año y que desde el punto de vista de los resultados no está teniendo el que la gente espera. La gente está percibiendo que los tiempos de espera para recibir una prestación de salud son muy altos en relación a sus expectativas".
Esto lleva a que los usuarios de Fonasa califiquen con un 3,9 al sistema de salud y los de isapre, con un 3,6. El promedio de evaluación para ambos sistemas, entre 2011 y 2015, es de 3,9.
Percepción y realidad
Sánchez planteó que la experiencia en salud siempre es más positiva que las expectativas, lo que se refleja en las notas asignadas a los distintos procedimientos médicos (ver gráficos).
En cuanto al acceso a prestaciones, la atención del servicio de urgencia y la obtención de horas médicas en el hospital son las peores evaluadas, con una nota de 3,8. Esto, expuso Sánchez, tiene que ver con la falta de especialistas, situación que fue abordada por el gobierno a través de un plan para formar a 4 mil profesionales entre 2015 y 2018.
"Como instituto opinamos que es necesario que se formen especialistas, pero no es suficiente. Esto no va a solucionar el problema si no se produce un cambio profundo en los modelos de atención y que se cambie el modelo de financiamiento del sector privado, que actúa como una bomba de succión de especialistas del sector público porque se paga por acto médico", mencionó el experto en salud pública.
Añadió que esto implica cambiar también la forma en la que se asigna el financiamiento: "Que esté fundamentalmente asociado a soluciones específicas a los problemas de salud de la gente. Que ya no se asigne más presupuesto o se pague por gasto médico, sino por problema solucionado".
Cambios sin impacto
Al ser consultados por la protección financiera, sólo el 20,6% de los consultados dijo sentirse cubierto por su plan de salud en caso de alguna enfermedad compleja.
"Hay una sensación de desprotección a pesar del Auge, que a nuestro juicio ha sido una de las políticas públicas más importantes en los últimos años, pero aparentemente no ha sido suficiente para resolver todos los problemas de la gente", reconoció Sánchez.
Añadió que si bien el Auge ha asegurado atención a un grupo de enfermedades y procedimientos médicos, se ha descuidado al resto de las patologías, lo que ha derivado en que a nivel nacional, cerca de 200 mil personas estén en lista de espera de cirugía y otro 1,5 millones, por hora médica.
Retomando la idea de los ajustes que deben hacerse al sistema de atención, el director del Instituto de Salud de la Unab planteó que el modelo debe apuntar a la prevención de enfermedades, cambiando hábitos y conductas. "La obesidad, diabetes, enfermedades cardiovasculares, algunos cánceres, son enfermedades crónicas que generan un gasto sostenido en el tiempo, pero como son prevenibles hay que trabajar para evitar adquirirlas", añadió.
Sí a las isapres
En esta séptima edición se incluyeron consultas respecto a los seguros de salud. El resultado, mencionó Sánchez, fue que la mayoría de la población está por un sistema mixto, donde conviva un seguro público como Fonasa con otros privados, como las isapres. Eso sí, indicaron que al sistema actual hay que hacerle ajustes.
Entre los principales problemas que deberían abordarse en un mejoramiento del sistema, los consultados mencionaron: que las prestaciones a las que se puede acceder no estén asociadas al dinero del que se dispone, que se cambien los criterios de selección de ingreso, las brechas por edad y sexo y que se modifique el modelo para fijar precios.
En tanto, los encuestados se mostraron en desacuerdo con que Fonasa sea el único sistema. Los usuarios de este seguro explicaron que un incremento en los beneficiarios podría desmejorar las prestaciones, mientras que los que tienen isapre aseguraron que pese a los problemas, el sistema privado es mejor.