Cerca de US$ 20 millones se han puesto sobre la mesa hasta la fecha para recuperar financiera y operativamente el centenario Sanatorio Alemán para la comunidad. Y para un empresario como Javier Álvarez Pérez, vinculado a la ingeniería más dura y a grandes y más fríos proyectos industriales y de servicios en los que participa, este ha sido un desafío distinto y al que le tiene un "cariño especial".
Como presidente del directorio de la Clínica Sanatorio Alemán (CSA) confirma la continuación de un fuerte plan de inversiones cuyo propósito es hacer de la institución de salud el establecimiento de referencia del centro-sur de Chile, por tamaño y nivel de complejidad.
Álvarez, quien también opinó sobre la coyuntura nacional y regional, dijo que a dos años de haber tomado el control de CSA, visualizan el futuro del mediano plazo con proyectos de una magnitud más relevante, "para desarrollar esto como el gran centro del sur del Chile".
Por lo pronto y en concreto entre 2015-2016 la inversión suma unos US$4 millones en proyectos como la nueva Urgencia y el Laboratorio y Toma de Muestras y las recientemente inauguradas unidades de Obesidad y Cirugía Plástica y el Centro de Traumatología y Rehabilitación. En lo que resta del año lo que viene son iniciativas menores, como la remodelación de las habitaciones y otras iniciativas accesorias como la cafetería Starbucks que debería abrir antes de fin de año en el espacio que quedó vacante con el traslado del vacunatorio, toma de muestras y laboratorio y que incluso les permitirá ocupar ese espacio abierto que da hacia la torre médica e instalar mesas de la famosa cafetería en el exterior.
"No es una gran inversión, pero sí va a mejorar mucho la calidez con la que queremos recibir a los pacientes", dice el ejecutivo.
Pero para llegar al objetivo de colocar al Sanatorio Alemán en la primera línea de los servicios de salud y hospitalarios privados del centro sur del país todavía falta.
Por eso es que los siguientes pasos se reforzaron con un aporte adicional de US$25 millones para el bienio 2017-2018, básicamente en dos grandes proyectos: la remodelación de la ex Clínica Francesa, que se transformará en un Centro Materno-Infantil; y una nueva Torre Ambulatoria, con muchos más estacionamientos.
Respecto del primero, Javier Álvarez detalla que toda la operatoria hospitalaria relacionada con maternidad y pediatría se trasladará a este Centro de la avenida Francesa. Las obras partirían el primer semestre de 2017 y consideran la construcción de un subterráneo con más 40 estacionamientos y una construcción de 3000 metros cuadrados.
Básicamente, explica Álvarez, lo que se instalaría en este edificio sería una urgencia pediátrica, una unidad de paciente crítico pediátrico (UCI y UTI), consultas y se agregarían habitaciones pediátricas. "Se trata de casi un 20% de crecimiento en el número de habitaciones en este recinto destinado a la atención de menores, totalizando 35 habitaciones", dice.
El monto destinado a estos proyectos serán unos US$5 millones.
los pasos siguientes
Para el año 2018 en cambio los desarrollos que vienen son más estructurales y se concentrarán en lo que denominan Torre Ambulatoria, en el área que hoy ocupa el sector de estacionamientos.
Esta es una inversión mayor, del orden de los US$20 millones y que dejará a la clínica con un nuevo edificio y una capacidad total de 400 estacionamientos subterráneos, totalizando una superficie construida de unos 15.000 m2. Se dejarán muy pocos estacionamientos en superficie. La idea es tener una arboleda que visualmente conecte este nuevo edificio con el que alberga a Urgencia y los centros de especialidades recientemente inaugurados, generándose un núcleo conector de los servicios ambulatorios y hospitalarios.
Así el destino de la llamada "torre médica" que prestaba servicios ambulatorios y consultas médicas, será reforzar el área de hospitalización con 70 habitaciones adicionales.
cuentas sanas
Desde que las familias Álvarez y Conrads decidieron, como principales accionistas, lanzar el salvavidas a la institución tomando el timón en septiembre de 2014, la aguda crisis financiera que afectaba a la institución es historia.
Efectivamente, dice Javier Álvarez, "los problemas por los que pasó están totalmente en el pasado gracias al esfuerzo del equipo que se instaló a administrar esta empresa, junto con la fidelidad que había en la comunidad hacia la marca Sanatorio Alemán. Esto es lo que ha permitido que la recuperación haya sido mucho más rápida de lo que pensamos. Nosotros incluso subvaloramos esa fidelidad de la comunidad, de manera que bastaron cambios relativamente simples, como cambiar el clima y ciertas prácticas y rápidamente comenzamos a notar la mayor actividad de los pacientes y médicos que volvían y el nuevo grupo que está en los centros de Trauma y Obesidad, dan cuenta de este hecho".
Agrega que "cuando uno toma riesgos de esta naturaleza, uno hace ciertas suposisiones y una de ellas es que esta era una institución muy querida por la comunidad, pero que no estaba dando el servicio que correspondía y la verdad es que este cariño que tenía la comunidad era mucho más del que pensábamos".
Con este sustento es que siguen apostando al crecimiento de la institución de salud y en los próximos años ser el centro de referencia del centro-sur de Chile por tamaño, nivel de complejidad. Hoy es el hospital privado más grande fuera de Santiago.
"La idea es tener el portaviones acá, que será una clínica de 300 camas a fines de 2018", precisó.
rentabilidad positiva
En términos de negocios, esperan cerrar 2016 con una rentabilidad promedio de 15% de las ventas en términos de Ebitda (ganancias después de impuestos, gastos e intereses), números que a juicio de Álvarez, son de una operación hospitalaria normal. En cuanto a actividad estimó un crecimiento de 20% sobre 2015.
Desde el punto de generación de empleo, precisó que hay una dotación base y después vienen crecimientos marginales, pero a fines de 2018 con un 50% más de capacidad en camas, el personal debería crecer en 200 a 250 puestos de trabajo.
El gerente general, Jorge Plaza de los Reyes recordó que hoy la dotación son 1.000 empleados directos, el mismo número que había hace dos años, y es que a pesar de las crisis financiera no hubo desvinculaciones.
Emprendimiento social
El presidente del directorio recuerda que cuando partieron en esto lo calificaron como un emprendimiento social, porque no solo era aplicar un salvataje a una empresa centenaria que estaba al borde del precipicio económico.
"Todos tenemos cierto vínculo con el sanatorio, porque nacieron los hijos, los padres se atendieron aquí o porque hay un amigo o un familiar médico que trabaja acá, hay un afecto por una institución. Esto no es como comprar o vender acciones en la bolsa, porque detrás hay una cuestión afectiva. Indudablemente, también es un negocio donde hemos invertido recursos que son parte de nuestro patrimonio familiar y lo que espera de un negocio es que le vaya bien, pero si algún día este negocio uno ve que el destino para la institución es mejor, como formar parte de una red, o cuando creamos que ya hicimos nuestro trabajo, lo podremos vender, pero el fundamento con el que esta empresa parte es bien especial", comentó.
Recordó que hubo muchas compañías chilenas importantes que no se atrevieron a invertir. "Nosotros con un grupo de empresarios, inversionistas y ejecutivos nos atrevimos a tomar este desafío y lo sacamos adelante, entonces es especial, es distinto invertir de alguna manera en la comunidad en la que uno está presente", planteó.
Por todo eso reconoce que le tiene un cariño especial a este proyecto. "Es que siempre le tuve ese cariño", admitió.
Clima para la inversión
Aunque el empresario Javier Álvarez, con negocios en el área de la ingeniería, la naviera y la construcción, entre otras, se atrevió a invertir en un rubro nuevo como la salud su visión respecto de la escena económica en el país y la región es pesimista.
Sostiene que el clima para las inversiones en Chile se viene deteriorando desde hace mucho tiempo. "Creo que este gobierno partió muy mal con la reforma tributaria y cómo la impuso, porque debió haber sido de una forma más dialogante, mas consensuada y, a pesar del desprestigio actual de los acuerdos creo que éstos son buenos, porque logran visiones comunes y eso permite generar confianzas" .
Agrega que la inversión de un empresario es básicamente un acto de confianza en el futuro. "porque cuando uno hace una inversión, lo que espera es que esa inversión tenga retorno y creo que esa confianza se ha diezmado muchísimo en estos años".
A título personal, señala que "vemos con preocupación que el ahorro fiscal y la inversión han bajado a niveles históricos y la confianza necesaria para las inversiones no se recupera. Vemos como los empresarios tradicionales o grandes grupos empresariales están desviando sus inversiones hacia el exterior".
proyectos regionales
Llaman la atención del empresario las excesivas demoras en la ejecución de distintos proyectos que son claves para la Región.
"Uno ya no sabe si es por problemas ambientales, de permisos o es porque los inversionistas no quieren invertir; hay proyectos emblemáticos como el GNL, el proyecto Mapa, proyectos energéticos varios que enfrentan una oposición enorme, lo que es un error porque la inversión es la que genera crecimiento futuro".
Mencionó también el retraso del Puente Industrial. "Es realmente una pena porque dos instituciones del Estado, por un lado el mismo gestor que es el Ministerio de Obras Públicas y por otro los servicios ambientales hacen que la tramitación ambiental esté mal planteada y que se retrase un año y más, porque ahora hay que hacer un Estudio de Impacto Ambiental y la inversión ya no se hizo este año y eso son menos puestos de trabajo, menos aumentos de productividad y competitividad para la región".
Con todo prevé que con todo vamos a tener un 2017 complicado con un crecimiento similares o tal vez inferior al de este año. "Y el futuro va a estar dado por lo que el nuevo gobierno proponga. Pero lo concreto es que hay un clima deteriorado basado en la pérdida de confianza de los inversionistas hacia el marco regulatorio y hacia las certezas. Como que se perdió un poco el rumbo", sentenció.
Advierte sin embargo que en el caso del Sanatorio "nosotros hicimos una apuesta por una empresa regional, porque esta región igual crece, sus habitantes tienen un poder adquisitivo y hay más necesidad de salud, y tenemos también la convicción de que va a haber demanda para las inversiones que estamos haciendo".