Las oportunidades de trabajo resaltan como una de las principales dificultades que actualmente deben enfrentar las personas con síndrome de Down.

Eso lo saben bien en la Fundación Futuro 21, cuyo trabajo ha estado enfocado en preparar a los jóvenes para enfrentar un mercado laboral adverso.

La organización, presidida por Milton Mendoza, se creó en 2008. "Éramos un grupo de cuatro padres con la inquietud de hacer algo mejor en la zona. Fuimos a Europa, estuvimos en España e Italia, cerramos algunos convenios con instituciones y volvimos a Chile a replicar lo que se hace allá, donde la inclusión es algo normal en los colegios, y no existen -o son muy pocos- colegios especiales. Con esa fórmula empezamos a trabajar", recuerda.

La idea central de la fundación fue otorgar herramientas necesarias a las personas con síndrome de Down, y así invitar a las empresas a confiar en ellos y contratarlos.

"Es necesario que los empresarios se atrevan, buscar la manera. Una de los obstáculos que aún existen tiene que ver con el contrato. Como el horario de estas personas (con síndrome de Down) debe ser más flexible, muchas empresas no les hacen contrato porque trabajan menos de las 45 horas semanales y eso no está bien. Hay que incentivar que se hagan contratos, que se den oportunidades", afirmó Mendoza.

¿Y qué ofrecen estos trabajadores? "responsabilidad. Nunca faltan al trabajo, son muy ordenado en sus funciones, son respetuosos. La única manera de abrir las fuentes laborales es mostrando lo capaces que son", agregó.

Más que leer y escribir

Las habilidades técnicas son algo que ya se ha logrado probar con éxito en las personas con síndrome de Down, el desafío ahora está otro ámbito.

"No cabe ninguna duda de que ellos tienen muchas capacidades. Pero donde no se ha hecho hincapié, que es lo que nosotros sí estamos haciendo, es en las habilidades sociales, que son fundamentales. Eso tratamos de que aprendan, porque mientras el resto de la gente lo aprende por imitación, a ellos hay que enseñarlo", manifestó el presidente de Futuro 21, que tiene sede en Concepción y San Pedro de la Paz.

El trabajo que la organización ha desarrollado en esta área ha sido positivo: los chicos van al cine, eligen qué películas quieren ver, deciden si quieren o no comer, y qué comer. La idea la replicaron de la realidad de España, donde a esto le llaman "talleres de ocio". Allí las personas lo pasan bien, al mismo tiempo en que se van educando.

"Una persona con síndrome de Down puede aprender a leer, escribir y hablar, pero las habilidades sociales muchas veces las descuidamos. Con todo ese conocimiento no logran tener una buena comunicación con el entorno y se pierden grandes talentos. Los resultados que hemos observado han sido realmente positivos", agregó Milton Mendoza.

Bingo solidario

Con distintos espacios, la fundación busca entregar apoyo y desarrollar capacidades. Uno de ellos es el taller de telar que tiene dos etapas, uno de enseñanza y otro comercial. El primero es lúdico, los participantes se entretienen y fortalecen la comunicación social. En el taller comercial, en tanto, venden sus productos y se autofinancian. "Lo que hacen son obras de arte, algunos telares se han ido al extranjero, otros los han pedido diseñadores", explicó el presidente.

Otros talleres son de Baile Entretenido y de Coffee Break, donde los participantes aprenden a trabajar, preparan las cosas, asumen responsabilidades y entregan una atención impecable. Con el objetivo de financiar becas y talleres es que el 11 de noviembre, Futuro 21 tendrá un bingo solidario en Suractivo.

En red

Desde más de dos años distintas organizaciones se han unido en una red para intercambiar información sobre ofertas laborales. Mendoza afirmó que "esos datos los esparcimos organizaciones donde haya personas en situación de discapacidad. Antes tener oportunidades de trabajo era como una competencia donde el que tenía información la guardaba. Hoy eso está cambiando en la Región de manera positiva, y estamos abiertos a recibir a todas las agrupaciones que no estén aún en esta red".

Según indicadores del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) del trimestre mayo-julio, la tasa de desempleo alcanzó el 7.1%, la mayor en los últimos cinco años, cifra que según expertos podría incrementarse en los meses siguientes.

Ante este panorama, la percepción de riesgo laboral podría aumentar, con consecuencias psicológicas que son necesarias de atender. "Vivimos en una sociedad bastante ansiosa en general, en donde este tipo de trastornos ha aumentado en los últimos diez años, incluso en población más joven, algo raro hace una década. Y siempre hay que tener presente que el factor de perder el empleo será un estrés importante, sobre todo si hablamos de familias donde el ingreso entra sólo por una vía", señaló el coordinador académico de la Escuela de Psicología de la Universidad del Pacífico, Felipe Vergara.

Cansancio y problemas para dormir son algunas señales que hay que tener en cuenta. Según indicó Vergara, también es importante identificar si se está pasando por un periodo de cansancio y de estrés. "El estrés y la incertidumbre frente al trabajo, pueden gatillar mucho más en el ámbito de la salud y de lo emotivo, es decir, en cómo administro y me hago cargo de mis propias emociones en el trabajo y cómo me las llevo además para mi casa", planteó.