Vida sexual inactiva no es excusa para dejar de lado el control ginecológico
La mamografía y el Papanicolau son los dos exámenes básicos a los que deben someterse las mujeres durante su vida adulta. Y es que si bien hay otros, los mencionados son los más comunes e indispensables para mantener una vida sana, en tanto permiten pesquisar la presencia de patologías como el cáncer de mamas y cervicouterino; enfermedades que pueden tener nefastas consecuencias como la muerte.
De hecho, el cáncer cervicouterino es la sexta causa de muerte por cáncer en la mujer. Así lo cuenta el doctor Marcelo Lagos Subiabre, ginecólogo y decano de la Facultad de Medicina de la Universidad Católica de la Santístima Concepción, quien explica que la relevancia del PAP radica en que así como la detección precoz y confirmación diagnóstica de dicha neoplasia, también permite su prevención, tratamiento y seguimiendo. "Por lo tanto reduce la morbi-mortalidad", apunta.
Detalla que el PAP "permite la pesquisa de lesiones preinvasoras de cáncer (neoplasias intraepiteliales de bajo y alto grado), la detección de presencia del Virus del Papiloma Humano, procesos inflamatorios y enfermedad de transmisión sexual, entre otras".
DIVERSOS FACTORES
Los factores de riesgos asociados al cáncer del cuello del útero están asociados principalmente a la vida sexual de las mujeres. El punto es que cuando dejan de tener una activa, debido a viudez, divorcio-separación de la pareja o simple opción, muchas también creen que no es necesario seguir cumpliendo con sus controles ginecológicos.
Sin embargo, lejos de ser una decisión correcta, se trata de un error.
Según comentan Raquel Espejo González y Ana María Arriagada Monsalve, académicas de la carrera de Obstetricia de la Universidad San Sebastián, en Chile, el Programa Nacional de Control del Cáncer Cervicouterino del Ministerio de Salud, sugiere comenzar a los 25 años de edad el control ginecológico; pero en la práctica éste debe ser realizado a todas las mujeres desde el inicio de la vida sexual.
Sobre esto, las académicas enfatizan que, independiente de la existencia de relaciones sexuales, las mujeres deben tomarse el examen. "El Programa Nacional de pesquisa de cáncer cervicouterino incorpora la toma de PAP a todas las mujeres adultas entre 25 a 64 años de acuerdo a la educación e indicación de su matrón/a o ginecólogo/a, esto dado que este tipo de cáncer presenta múltiples factores de riesgo como el hábito tabáquico, la malnutrición y la inmunosupresión, que no tienen relación con la actividad sexual", aclaran.
Desde allí, Raquel Espejo comenta que "si la mujer inició su vida sexual, pero en algún período no tiene pareja estable o simplemente no tiene pareja, debe de igual forma realizar su control ginecológico. El no realizarlo puede significar un retraso en el diagnóstico precoz de infecciones, lesiones del cuello e incluso cáncer del cuello del útero, ya que la historia natural de este cáncer puede demorar hasta diez años en presentar sintomatología o alteraciones en el PAP; dependiendo de los factores de riesgo antes mencionados".
En cuanto a la periodicidad del examen, dice que depende del resultado y puede variar entre uno y tres años.
LAS EXCUSAS
Aunque es cierto que puede resultar algo molesto para muchas mujeres, la toma de PAP es indispensable. "Según la experiencia clínica se observa que las mujeres acuden en menor proporción a sus controles ginecológicos cuando no tienen pareja sexual, pero además existen otras variables", dice Ana María Arriagada.
Las académicas de la USS, plantean, sobre este punto, que la población femenina aduce otras razones para no acudir a practicarse este examen, de acuerdo al artículo publicado en la revista chilena de Obstetricia y Ginecología "¿Por qué las mujeres no se toman el Papanicolau?", respuestas entregadas por los profesionales del Programa Cáncer Cervicouterino - Auge del Servicio De Salud Metropolitano Sur Oriente". Según esta publicación, un 45,6% de las pacientes presenta falta de conocimiento respecto de por qué se realiza el PAP, "dentro de los que se podría considerar que no es necesario tomar el examen en caso de no tener pareja", puntualiza Ana María.
En tanto, un 38,6% tiene miedo de realizarse el examen, un 29,8% es por dejación y un porcentaje no menor, 22,8%, lo atribuye a problemas con el tiempo disponible para efectuarse el examen.
Si bien la norma del Ministerio de Salud indica el PAP hasta los 64 años de edad, la toma se puede prolongar a edades posteriores, mientras la mujer lo estime conveniente y haya factores de riesgo.
MAMOGRAFÍAS
Y así como las mujeres deben realizarse de manera periódica el PAP, en la adultez la mamografía es otro examen fundamental que deben sumar a sus controles médicos las mujeres. "Este examen está cubierto dentro de las garantías explícitas en salud (GES) desde este año en edades entre los 50 y 60 años, pero es recomendable que desde los 40 años se inicie la toma de este examen o antes si existen factores maternos hereditarios de la enfermedad", dicen las académicas. El examen debe repetirse entre uno a tres años según indicación de matrón/a o ginecólogo/a.
Cabe tener presente que mientras más aumenta la edad, mayor es el riesgo de presentar un cáncer de mamas, ya que como factor aislado es muy importante. "La incidencia de cáncer de mama a los 80-85 años es 15 veces más alta que a los 30-35 años. En estudios de prevención se considera alto riesgo a partir de los 60 años", finalizan.