Hermanas Piérart felices con la experiencia de crear juntas
Se parecen. Lógico, si son hermanas. Nada de nombres, eso sí. Ellas son Coco y Lolo Piérart. "Su nombre artístico". como dicen, hace ya algunas décadas. Digamos más de cuatro.
Como siempre hay una primera vez, después de todos estos años decidieron exponer juntas. Coco fue quien en noviembre del año pasado gestionó la sala con la dirección de Artistas de Acero, espacio amplio y que permite mirar la obra. Por lo tanto, apreciarla, luego de una lectura consciente.
"Fui la primera y pedí fecha en este mes, porque me gusta. Además, siempre he pensado que a principio de año la gente anda en otra", cuenta Coco, quien tramitó así el lugar para montar "Suculentas", exposición que estará abierta al público hasta el sábado.
La iniciativa se compone con una serie de variaciones en torno a esta planta, que se caracteriza por acumular agua y que forma parte de la familia de las aloe vera.
"Siempre me han gustado las suculentas, por sus hojas carnosas, colores (...) Me encantan", apunta Lolo, quien dio el pie a su hermana para sumarse en este carro creativo desde su regreso desde Alemania en noviembre del año pasado, luego de una estancia familiar de cuatro meses.
"Cuando volví me di cuenta que la Lolo estaba trabajando en torno a ellas y tenía una gran cantidad en su taller, por lo menos 60, y le propuse hacer una exposición", señala Coco.
LAS OBRAS
"Suculentas" se originó con las citadas creaciones de Lolo Piérart, que sumaban 50 en exposición (hasta ayer quedaban 33). A éstas se sumaron las 5 cerámicas esmaltadas en blanco negro, 15 pinturas de mediano formato y dos tapices aportados por Coco. Todas concebidas en torno al motivo convocante. "En este caso, jugué a la inversa", señala.
- Lo que pasa es que siempre al hacer una pintura, tomaba algún objeto de ésta, para elaborar una pieza cerámica (trabaja en blanco y negros hace más o menos una década). Ahora lo que hice fue realizar las cerámicas y luego las pinturas (proceso para realizar las 15 de la muestra le tomó a Coco desde diciembre hasta abril). Hice muchas piezas y las monté en un vástago de fierro. De hecho las arme una semana antes de inaugurar esta exposición (17 de mayo).
- Claro, son cerámicas en blanco y negro -a Coco siempre le ha interesado la forma- esmaltada y de encaje (se pueden disponer en cualquier orden).
En el caso de Lolo, ceramista de cuna, sus creaciones están constituidas a partir de un embalaje mucho más delicado. "Si vuelvo sobre este tema voy a replantearlas en cuanto al diseño. Por ejemplo, no hacerlas con puntas tan finas y detalles como hacerlas a dos colores y no tanta diversidad", comenta, quien retomó la cerámica hace unos 8 años.
- Queremos descansar antes de pensar en algo nuevo. Pero antes de fin de año tenemos pensado exponer juntas nuevamente, invitando a otras ceramistas.
- (Lolo) Buena, básicamente porque no nos estorbamos, tampoco competimos. En general, los artistas son vanidosos y cargan con su ego.
- (Coco) Además, creo que la muestra está bien armada, lo que ha sido valorado por el público.
Sobre este último punto, hay que destacar la calidad del montaje en un espacio amplio, pero donde las obras sintonizan entre ellas, con el resto y el entorno.
PROYECCIÓN EN EL ARTE
El tema de las flores, como motivación creativa, es algo que también une a estas dos artistas. Coco viene trabajando el tema por lo menos hace casi una década, ya sea en pequeño formato (flores en tinta china por ejemplo). Cita, además, los dibujos, también en tinta, que presentó el año pasado junto a Dolores Weber en la exposición "Black and white", igualmente en Artistas del Acero (junio 2015).
Ambas con estudios de Arte en la Universidad de Concepción, cuentan que dejaron la carrera por motivos personales. Lolo la cursó entre 1971 y 1973, con intención fallida de retomarla dos años después. "Lo que aprendí en cerámica lo hice con Hugo Pereira en Penco. De hecho, luego a mis compañeros de universidad yo les hacía la práctica de ésta (la técnica y realización).
En el caso de Coco, estudio en la casa del Campanil entre 1974 y 1977, pero la dejó para irse al sur.
Desde su perspectiva haberla terminado le habría servido por la cuestión estructural propia de la pedagogía, que "no domino".