Personas mayores y productividad
La Reforma Laboral recientemente aprobada nada dice respecto de mecanismos de incentivo para la inclusión laboral de las Personas Mayores y, por lo tanto, sigue siendo un tema pendiente que como sociedad debemos resolver.
Ya lo puso en la agenda la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC) en su propuesta para aumentar la productividad, apuntando a la necesidad de incorporar a las personas mayores, mujeres y jóvenes al mercado laboral.
Por su parte, el Instituto Nacional de Estadísticas, INE, puso una luz de alerta informando que la cantidad de Adultos Mayores cesantes hacia fines de 2015 llegaba a 30.280 personas, es decir, un 2,6% de su fuerza de trabajo.
No podemos seguir mirando la vejez como sinónimo de enfermedad. Las personas mayores acumulan una experiencia laboral que no tiene ningún otro grupo de trabajadores. Son disciplinados, responsables y comprometidos. Y lo más importante, muchos tienen ganas de trabajar. Las expectativas de vida en nuestro país han sufrido un cambio significativo, bordeando hoy los 80 años de edad.
En cinco años más el 17% de los chilenos seremos adultos mayores. Por lo mismo, es fundamental que frente a este nuevo escenario, las empresas, públicas y privadas, se atrevan a ofrecer opciones laborales a quienes, pasadas las seis décadas, quieran trabajar.
Pero también se requieren cambios normativos. Debemos generar políticas de empleo para las Personas Mayores que deseen continuar trabajando, incorporando mecanismos como jornadas parciales, teletrabajo, contratos por cumplimiento de objetivos sin horarios, entre otras, que permitan que este segmento se desarrolle de manera adecuada. Sólo de esa forma podremos contener la enorme presión social que se avecina.