Son las propuestas, de carácter intenso y expresivamente sensual(es), las que atrapan en "Tres miradas a un yo", exposición que reúne los trabajos de Lucía Haristoy, Karen von Knorring y María Soledad González. La muestra se puede visitar en la sala de la Biblioteca Viva del mall Mirador Biobío (hasta los primeros días de abril).
Efectivamente es el yo el que compone el discurso narrativo y pictórico. Se trata de obras que proyectan el espacio interno y sensible de artistas de diferentes generaciones espacio/temporales, que se leen como obras abiertas, en palabras de Umberto Eco, desde la interpretación que acá se torna en una provocación.
Tal como explica Rodrigo Piracés, curador de la iniciativa gestada el año pasado; es la imagen el eje reestructurador del discurso visual. "Pero la riqueza de sus variaciones son las que confrontan materia, humedad, trazo y contraste", anota en relación a estas 11 obras, que no pierden lo identitario y propio de cada una.
De este modo, si la pintura es el "territorio", que toma al espectador, éste se interna en un trayecto que por caminos distintos confluyen en el autorretrato.
Allí aparece la mirada de Lucía Haristoy, de naturaleza simbólica, surrealista y felina, que se torna en lo abstracto de González (la tensión se asume en la no figuración), hasta llegar a ese expresionismo (alemán) de Karen von Knorring. En ella, el trazo y los colores proyectan sentimientos y estados de ánimos, emociones que se fijan en "rostros" que parecieran querer confesarse en medio del vértigo estético.
Finalmente, diálogos, formas y vías comunicantes desde la experiencia. "El género del autorretrato ha estado presente desde el inicio de la historia del arte como un documento que permite valorar y observar las relaciones entre los estilos, sus épocas y la relación simbólica de los recursos pictóricos como lenguaje del arte, como abecedario de sensaciones", indica Piracés, quien debuta como curador con esta interesante muestra.
- En este caso, el numero tres tiene una condición de equilibrio dinámico que esté presente en la historia de las artes visuales. Tres miradas distintas eran las necesarias para poder dar cuerpo a una pluralidad que es unidad, la triada, el triángulo, la base que se proyecta a lo superior, la búsqueda del yo, el autoconocimiento.
LAS QUE DIALOGAN
Desde la base, la idea acá fue trabajar con pintoras de oficio, artistas que desarrollan su cuerpo de obra en el compromiso disciplinar de la pintura. "Es el caso de Karen, María Soledad y Lucía. De ellas conozco su obra y temperamento artístico", cuenta Piracés.
- Era muy interesante enfrentar tres visiones muy distintas bajo la idea del autorretrato, desde etapas diferentes de la vida, donde la experiencia de etapas vividas podía conjugarse con aquello que esté maduro y a su vez con aquella obra que comienza a construir un mundo. La idea de trabajar con tres artistas de distintas generaciones fue justamente disolver la idea del tiempo y darle universalidad y atemporalidad a las obras.
- Claro, he organizado muchas exposiciones de escultura, pero ésta es la primera vez que les propongo participar a un grupo de pintoras. Lo más interesante es ver cómo se potencian los discursos visuales de las artistas cuando participan colectivamente. Karen, María Soledad y Lucía son artistas profesionales, que fueron muy generosas en aceptar mis sugerencias que, básicamente, propone un cierto modo de ver, nada más. La exposición se sostiene en sus obras y su calidad como pintoras.
En relación a la propuesta, la concepción del autorretrato, Karen von Knorring comentó que éste fue la puerta de inicio hacia su propio autoconocimiento. "Uno que nunca ha terminado y que ha estado presente desde mis años de estudiante en la Universidad de Chile. El hecho de participar era seguir un cause natural".
Lucía Haristoy, aunque reconoce que lo de ella se aleja un poco de la temática solicitada, asume su trabajo como introspectivo. "Si bien no son autorretratos tienen mucho de mí, partiendo por mi energía", apuntó.
Para María Soledad González, en tanto, fue muy interesante el desafío planteado. "Más si en esta oportunidad era la mirada de tres mujeres a sí mismas", comentó.