Tiene cincuenta años y más de veinte los ha dedicado al ejercicio de la Medicina, en una carrera desarrollada en el Hospital Las Higueras de Talcahuano. Y es que en este recinto asistencial la doctora Patricia Sánchez Krause, médico anestesióloga, fue subjefa de la Unidad de Pabellón, jefa de Anestesiología y también de la Unidad de Alivio del Dolor y Cuidados Paliativos, área que fundó y que se transformó en su principal motor como profesional. En los últimos años, además, se involucró en la actividad gremial como presidenta del Capítulo de Médicos.
Pero no es lo único, pues hace algunos meses sumó un nuevo y trascendental hito: fue nominada para asumir el cargo de directora (s) del Hospital Las Higueras, transformándose así en la primera mujer en ejercer este cargo en ese recinto asistencial y una de las pocas féminas que ocupa uno de este tipo en el país.
Y en un ambiente que considera eminentemente masculino y de la mano de grandes desafíos que se vienen para este centro de Alta Complejidad, aceptar no fue una decisión fácil de tomar y al comienzo el susto fue una sensación predominante, donde los prejuicios también formaron parte de sus pensamientos. Sin embargo, afirma que ha tenido una excelente recepción. "Mis subdirectores administrativos y médicos son todos hombres, todos mayores que yo y con mucha experiencia, pero desde el principio han sido un apoyo completo y he tenido que aprender de ellos, porque yo vengo del área clínica", reconoce.
NO OLVIDAR LO FEMENINO
Aunque lleva pocos meses en el cargo, uno de los aspectos que esta mujer que reparte sus días entre su cargo, una profesión que la apasiona, y su rol de jefa de hogar y madre de una joven de 21 años, siente que ha podido dar un sello femenino a la dirección. "Creo que las mujeres tenemos la ventaja de la cercanía, somos un poquito maternales donde nos pongan y eso me ha servido mucho. Recorrí todo el hospital, fui a cada área y conocí a todos los funcionarios", cuenta.
Es de hecho el aporte desde lo femenino uno de los aspectos que destaca no sólo de su gestión en el hospital, sino que del que puede hacer toda mujer en cualquier institución. Y en una sociedad donde el prejuicio y la carga social aún pesan sobre los hombros de la mujer que es independiente y que lucha por terminar con la equidad, a poco días de conmemorarse un nuevo Día Internacional de la Mujer, el llamado de Patricia Sánchez es, justamente, a nunca perder la feminidad.
"Creo que el gran error es pensar que porque uno está en un cargo directivo tiene que dejar de ser mujer, pero es todo lo contrario, creo que tienes que mantener tu feminidad, poner este sello, demostrar que eres capaz de hacerlo y que lo harás bien, y así te van a respetar. Si tratamos de convertirnos en hombres siempre vamos a ser una mala copia. Mujeres inteligentes y capaces hay muchas, así como también hombres", asevera.
TRATO DIGNO
Respecto a la cercanía como su marca femenina en el Hospital Las Higueras, no es sólo uno que busca en su relación con los funcionarios, sino que también con los usuarios del recinto y sus familias, donde no tiene otro objetivo que es volver a lo esencial de la Medicina, la atención humanizada. "Puede que la urgencia esté un poco congestionada, que los hospitales tengamos problemas financieros, pero dar la información como corresponde, tratar al paciente con cariño, con respeto, con dignidad, son cosas que marcan la diferencia", manifiesta.
Esta convicción se sustenta en sus años de experiencia en los cuidados paliativos, en la que se inició como una orden, pues al poco tiempo de llegar a trabajar como anestesióloga al recinto se debía echar a andar el programa, tarea que a ella le encargaron. Allí se dio cuenta que los enfermos terminales eran los pacientes más abandonados de la medicina tradicional, paradójicamente, en el momento en que más necesitaban al personal médico. De esta forma una imposición se transformó en su pasión. "Ahora es casi una necesidad, diría que yo necesito más a mis pacientes que ellos a mí", puntualiza.
-No puedo seguir trabajando en la unidad en horario de funcionario, pero sí lo hago fuera de éste. Trabajo en una pequeña clínica de manejo de dolor y cuidados paliativos, y los fines de semana me dedico a hacer un tour de domicilio, a ver a mis pacientes terminales a la casa, a veces con honorarios y otras sin. Ahí me conecto de nuevo con la parte clínica y recargo las pilas como para poder seguir siendo directora.
-Pienso que es imposible no establecer un lazo emocional con los pacientes, es imposible que a un médico le dé lo mismo que un paciente que ha visto durante dos años fallezca. Hay que cuidarse, no deberías involucrarte al punto de que te haga daño, porque estás relacionado todo el día con el sufrimiento, con la muerte o con la violencia, y no es fácil; pero creo que el médico jamás debería alejarse.
-No es fácil, muchas veces uno tiende a llevarse la carga laboral o las penas a la casa sin darse cuenta, y le pasa la carga a la familia.
Pero, para la familia, lo más difícil dentro del quehacer médico es el sistema de turnos. Hice turnos 20 años, 24 horas al día, lo que significó navidades, años nuevos y cumpleaños de mi hija fuera de la casa, y eso es difícil, pero cuando tienes una buena comunicación, cuando te entienden que lo que estás haciendo es lo que te apasiona y que en algún momento a mi hija también le tocará hacer lo que le apasiona y que contará con todo mi apoyo y respeto, se entiende.
-Claro que sí y duele cuando son las mismas mujeres las que dicen "tú deberías estar en tu casa el 100% del tiempo con tu hija", pero cuando a mi hija le muestro que una mujer se puede desarrollar profesionalmente, que puede ser independiente, puede criar hijos y ser feliz, sé que le estoy dando el mejor ejemplo. Yo no soy del discurso de la mujer empoderada, feminista, que no necesitan a los hijos o a los hombres; todo lo contrario, pero tengo certeza de que uno tiene que saber cumplir sus roles en todas partes. Cuando estoy en mi casa no soy doctora ni directora del hospital, si estoy con una pareja tampoco.
-Porque las mujeres creen que deben demostrar. Tenemos que creernos más el cuento y no pasar la vida pensando que tenemos que demostrar cosas o dar explicaciones por el hecho de ser mujer. Siempre va a haber alguno que te va a criticar, pero si le haces caso a los comentarios, te liquidas tú misma. Creo que hay que dejar de mirar para el lado y mirarse hacia adentro, sin preocuparse tanto por lo que el resto diga.