Capacitarán a estudiantes con autismo en realización de tareas cotidianas
Prender una radio, planchar ropa, hacer una cama o abrocharse los zapatos son algunas de las materias que a partir de este año escolar enfrentarán estudiantes de la única escuela para personas autistas en la Región.
La unidad de terapia con que a partir de este año escolar contará la Escuela Diferencial Aspaut de Chiguayante, busca que más allá de los ramos académicos que desde 2006 imparten a personas con cuadros de autismo, estos se complementen con la capacidad de manejarse también en el día a día, factor fundamental en el desarrollo de quienes presentan el trastorno.
"Se enseñarán así labores domésticas cotidianas como poner una mesa, ducharse, afeitarse, cocinar e incluso el ocio. Constituiremos físicamente una casa real, para que nuestros estudiantes aprendan a desenvolverse en el ámbito doméstico y hogareño", explicó Gonzalo Gajardo, uno de los representantes de la Asociación de Padres y Amigos de los Autistas (Aspaut) de la Región del Biobío, organismo que administran el colegio.
HIPERSENSIBILIDAD
Además se abordará el manejo de estímulos en pacientes que muchas veces viven una condición hipersensorial, lo que produce trastornos funcionales. Se trabajará en este plano a través de terapias estimulantes para mejorar los sentidos, que muchas veces les provocan sobrerreacciones en el diario vivir.
"Muchas veces nuestros estudiantes tienen problemas conductuales porque son hipersensibles, y cualquier ruido, color, vibración o hasta temperatura particular, los descompensa. Lo que se pretende con eso es enseñarles a manejar esas situaciones", detalló también Gajardo.
PROYECTO INÉDITO
La idea es única en su tipo en la Región, y tiene un costo inicial que supera los 25 millones de pesos. Está financiado por los mismos padres y apoderados de la escuela, que en paralelo y como establecimiento particular subvencionado, cuenta con apoyo del Ministerio de Educación.
La casa construida especialmente para los fines educativos tendrá todo el equipo de integración sensorial necesario, como implementos de sonido, vibración, texturas, formas y hasta una piscina. También habrá musicoterapia y fonoaudiología a disposición de los 64 estudiantes que asisten a clases, desde los 3 a los 26 años de edad.
Como uno de los padres activamente participantes de Aspaut y a la vez de la escuela, Gajardo ejemplificó el valor de enseñar estas dinámicas de manera paralela al ámbito académico.
"Dentro del espectro autista hay casos de chicos súper desarrollados en la parte matemática, que son capaces de hacer operaciones relativamente complicadas, pero por contraparte no saben abrocharse los zapatos, y esa es la problemática que ahora abordamos", concluyó.