Hace poco más de un mes, la junta de vecinos de Aurora de Chile estaba organizando una marcha en reclamo al proyecto propuesto por el Ministerio de Vivienda para la radicación y traslado de las familias, producto de la construcción del Puente Bicentenario, que cruza la población penquista de sur a norte.
Una semana antes, los vecinos se reunieron con la autoridad regional de Vivienda, Jaime Arévalo. Según relató la presidenta de la organización, Priscila Hernández, se dijeron algunas verdades, pero lo más importante es que se anunciaron algunos cambios en cuanto al proyecto de radicación, la denominada Manzana M, al interior de la población penquista.
Las que eran 40 viviendas se aumentarán a 56 y los edificios de departamentos ya no darían la espalda al barrio cívico (edificio del Gobierno Regional), sino que tendrían vista hacia aquel sector de la ciudad. Por otro lado, se podría instalar un jardín infantil Junji en el lugar. Además, los terrenos de cada vivienda, aumentarían de 100 a 112 metros cuadrados y se comprometió la urbanización del sector entre la población y el Gobierno Regional.
Según comentó Arévalo, aquel proyecto está hoy diseñándose. "Una vez que tengamos aproximación del diseño, de la arquitectura, esperamos que se hagan las gestiones para el financiamiento necesario. Estamos generando un proyecto que va a mejorar el desarrollo de la ciudad en torno al concepto de biociudades", dijo la autoridad regional.
Agregó que también se está trabajando en un protocolo que permita que el proyecto se continúe incluso con un nuevo gobierno. Este protocolo, dijo Hernández, es el gran anhelo de los vecinos de la centenaria población, y hasta que no lo tengan en la mano, con firmas de las autoridades regionales, no estarán del todo satisfechos.
LOGRO A PULSO
Para Hernández, las nuevas disposiciones del proyecto de radicación al interior de la población, fue un logro que se alcanzó tras peleas, presiones, protestas e incluso dos cortes de carretera.
"Esto lo hicimos con harto esfuerzo, con harta rabia, pero hemos logrado mucho. Vamos a seguir trabajando. La idea es no parar, trabajando y dialogando", expresó la dirigenta.
Agregó que "con la presión que se hizo, se logró todo lo nuevo. Le doblamos la mano al gobierno, no como quisiéramos, pero logramos cosas. Es mérito de nosotros y mérito del gobierno, que lo dio. Aún hay cosas que no están claras, como el acuerdo protocolar, para lo que se necesitan por lo menos aprobados presupuestos".
De hecho, una de las estrategias que la junta de vecinos implementó para seguir liderando las demandas es continuar con las dirigencias al interior de los comités de vivienda que debían formarse a raíz de los proyectos de radicación y traslado, la Manzana M y el conjunto habitacional Angol.
Así, se formó el comité Histórico 1 e Histórico 2, que luchan por las demandas de una nueva urbanización en el terreno junto al Gobierno Regional y al protocolo, respectivamente.
Cabe recordar que el proyecto de Aurora de Chile tiene un costo aproximado de $40 mil millones, lo que debiera aumentar con las nuevas obras que se sumarán.
En la Manzana M habrá 56 viviendas y cuatro torres con 160 departamentos. Allí serán ubicadas las familias que deben salir de la franja donde pasará el puente, un total de 192 grupos. Eso sí, 40 de ellas se trasladará al proyecto de Angol (ubicado en el sector de Mackenna), compuesto por un total de 270 viviendas. Será completado por comités que trabajan en Aurora desde 2012 y por 70 familias de aldeas y campamentos, es decir, de los programas regulares del ministerio de Vivienda.
OBRAS A PARTIR DE MARZO
Según la información que entregó el seremi de Vivienda, de las 192 familias de la faja de salida, existen 88 ya fidelizadas con traslado hacia la Manzana M y 60 fidelizadas al proyecto de Angol. Esto corresponde al 77,08% de los grupos.
Y, considerando que el proyecto de Angol ya cuenta con una empresa constructora (Constructora Bío Bío) y el conjunto habitacional de la Manzana M debiera abrir su licitación entre fines de enero y principios de febrero, las obras comenzarían los primeros días de marzo para Angol y en abril para el proyecto al interior de Aurora.
Esto permitiría, precisó Arévalo, que en algún punto en el corto plazo se realicen obras de manera paralela. Esto, junto a las obras de confianza en Aurora, relacionadas con el mejoramiento de servicios y calles, entre otros.
"Más allá de las inflexiones que pudo generar este proyecto, creo que el ministerio está cambiando el paradigma de cómo atender temáticas de ciudad", sostuvo Jaime Arévalo.