Pesar por muerte del recordado "Firulete"
La generación que hoy bordea los 40 años, en cuya formación fue clave la televisión de hace tres décadas, aún recuerda las "Telechácharas", popular sección del humorista Jorge Romero "Firulete" en "Vamos a ver" de TVN.
Allí junto a Raúl Matas, conductor del estelar al aire entre los años 1977 y 1984, proyectaba un gracioso diálogo intervenido con imágenes de archivo.
Era el humor de aquella época, la risa natural que hoy está de luto con la muerte del comediante, a las edad de 86 años.
Así lo confirmaron ayer fuentes del matinal de Canal 13, estación donde el comediante replicó esta sección en el programa "Una vez más", también conducido por Matas (1988-1996).
DE LOS MÁS GRANDES
"Firulete" acarreaba un problema neurológico que lo tenía alejado de las pantallas de televisión. De hecho, una de sus última apariciones la realizó en el programa "Mentiras verdaderas", hace dos años.
Aunque fue tratado con mucho cariño en el set, donde estuco acompañado por su mujer Harú, 14 años menor que él; se le notaba débil de salud.
"Me impacta, de verdad. Lejos el más grande de los humoristas de este país. Original en un 100%, y el maestro de muchos de los que estamos actualmente", destacó un emocionado Hermógenes Conache, sobre el deceso de "Firulete", quien se retiró del medio artístico a mediados del 2000.
"Una pena, le pasó lo que le pasa a todos los grandes artistas en Chile, nunca fue reconocido en vida", agregó el humorista.
LEGADO E INFLUENCIA
Siempre apostó por un tipo de humor blanco ("su gran legado", en palabras de Tato Cifuentes), y nunca se le escuchó una palabras fuera de contexto.
Su carrera en Chile se inicia a fines de los 60, cuando regresa de España (Madrid). En el país que lo vio nacer en 1929, Romero pasó por medios radiales -"La bandita de Firulete" en radio Portales- donde comenzó a destacar por sus rutinas blancas.
Uno de sus personajes más recordados fue "El Pollito", un niño que planteaba su vida y acciones, a partir del actuar de los adultos. También "Pepe Pato", un hombre de hablar "cuico", que se tomó las pantallas en la década de los 80, muy a lo "Chicago boy" (su nombre completo era "José Patricio Larraín García-Moreno", de quien algo bebería Coco Legrand para crear a "Cuesco Cabrera").