Mujeres mapuche hoy
Cada 5 de septiembre, desde el año 1983 conmemoramos el Día Internacional de la Mujer Indígena, en homenaje a Bartolina Sisa, mujer aimara que entregó la vida en defensa de su pueblo, luchando contra las fuerzas españolas durante la rebelión anticolonial. Fue ultrajada, asesinada y, finalmente, descuartizada.
¿Qué ha hecho que tal acto de valentía (o insensatez dirán otros), llegue a marcar la historia y de esta forma visibilice la lucha de la mujer indígena en el mundo?. Creo es el amor y no hablo de un amor romántico e idealizado, sino del amor a su pueblo, como una decisión, como una acción y como una responsabilidad.
Las mujeres mapuche sabemos de ese amor, corre por nuestras venas, y por las venas de todos los y las chilenas que tienen sangre mestiza. Es ese sentimiento de querer, de pertenencia hacia nuestra comunidad de origen, a nuestro lof, es eso que nos inspira a luchar por lo que creemos justo y a no bajar los brazos ante la adversidad. Cumplimos un rol fundamental en la transmisión de nuestra cultura, lengua e historia, tanto al interior del grupo familiar, como en la comunidad. Antiguamente había en la sociedad mapuche machis, longkos (jefe tradicional) y werkenes (mensajeros) que eran tanto mujeres como hombres, hoy reclamamos esos espacios de participación como dirigentes, líderes, profesionales y trabajadoras, al interior de nuestras comunidades, pero también fuera de ellas.
Nuestro pueblo mapuche se encuentra viviendo procesos de cambio, de diálogo y acción, donde estamos y queremos participar. Las mujeres mapuche reclamamos y revivimos el reconocimiento y respeto a la multiculturalidad e interculturalidad de nuestro pueblo, a la dualidad de nuestra cosmovisión, a la complementariedad armónica de hombre y mujer, al respeto de nuestros derechos, buscamos repensar nuestra cultura desde la equidad y el reconocimiento de la diversidad dentro de la diversidad. Esperamos volver a un equilibro entre hombres, mujeres y naturaleza.
Como Enama, luchamos contra la política de invisibilidad, de negación y exclusión hacia las mujeres mapuche, no creemos en los antagonismos, más si en la dualidad y el complemento. Creemos en el trabajo por la paz a través del reconocimiento de nuestros derechos, consagrados en tratados internacionales y a través del Az Mapu.
Como mujer mapuche, no puedo sino soñar con un Chile pluricultural, donde volvamos a nuestros valores antiguos de los parlamentos y el respeto.