Exposición rescata la foto de autor de Rodrigo Rojas de Negri
Son 38 fotografías, también momentos, instantes que quedaron atrapados en el click de la cámara del fotógrafo Rodrigo Rojas de Negri, y que hoy componen la exposición "Exilio sin retorno".
Inaugurada ayer en Artistas del Acero, la exposición curada por Montserrat Rojas, va a estar disponible al público hasta el 29 de agosto. Esto en el marco de la primera actividad de 7 de la iniciativa "Traslaciones. Encuentro fotográfico de la Región del Biobío", organizada por el colectivo penquista Caja de Cartón, durante los meses de agosto y septiembre.
En el caso del trabajo del fotógrafo fallecido a los 19 años, el 6 de julio de 1986, producto de las quemaduras infligidas por militares, mientras escapaba en una protesta contra Pinochet en Santiago (allí también estaba Carmen Gloria Quintana); cada imagen se comunica con el receptor, a partir de una sensibilidad autoral.
Es decir, la intensidad de las imágenes -desde cuadros familiares y manifestaciones públicas- traspasan el acto fotográfico, convirtiendo el "registro" en un relato de carácter expresivo, que palpita desde el grano de la imagen.
En el recorrido van apareciendo temas, la familia, el espacio, lugar, la nostalgia, el exilio. Todo ello como relatado en primera persona. "Es la vida de Rodrigo", resume Verónica de Negri, la madre con residencia hace más de dos décadas en Washington, quien ha buscado justicia por su hijo hace 29 años.
Desde los 6 años maravillado por la imagen, la muestra resume una selección de 388, entre 7 mil fotografías, "y contando", señala Verónica, pues aún quedan por descubrirse más.
"Acá está la esencia de ese exilio sin retorno, la importancia de la familia, de la vida política y la de su país. Está todo conectado", comenta sobre esta exposición que se mostró por primera vez en septiembre de 2013 (MAC, Santiago).
- Exactamente. Está su proyección. En ese sentido hay una foto que me estremece mucho cuando la veo, que es la del funeral de Ronald Wood (fallecido a los 19 años por bala en una protesta en mayo de 1986). Tenía la misma edad y también se debatió entre la vida y la muerte igual que Rodrigo. Esa foto que toma en un funeral es como si hubiera retratado el suyo propio (moría dos meses después).
- Claro que sí (...) Además, era un admirador de los grandes fotógrafos, también. Fue un niño que se entregó a la fotografía desde los 6 años y medio. A los 10 años no iba a clases, porque estaba metido en un cuarto oscuro trabajando. La importancia que para él tenía no sólo está en la proyección con la fotografía, sino también el desarrollo de la perfección, la técnica, el color, los ácidos para lograr efectos. Como que quería descubrir el mundo de la fotografía (al momento de su muerte, De Negri estaba trabajando bastante en fotografía en color, algo no muy requerido en esos años 80 en Chile, donde primaba el blanco y negro).
- Yo lo siento así. Es como que Rodrigo estuviera. Siempre hay cosas mágicas, lo siento fuerte.