Expectativas respecto a la seguridad privada
Asombro expresó el editorial publicada hace unos días en el diario El Mercurio de Santiago, donde el medio de comunicación hace una seria reflexión sobre el crecimiento de la seguridad privada en nuestro país.
Lo cierto es que la seguridad privada (SP) en Chile podría ser efectivamente una eficaz colaboradora de la fuerza pública, pero no se pueden soslayar diversos aspectos que juegan en contra de esta posibilidad y que paso brevemente entre otros a indicar:
Es tal la indiferencia y desinterés oficial respecto al estatus legal de la SP que un proyecto de ley que la modifica en mínimos aspectos, apenas un maquillaje ineficaz, duerme el sueño de los justos en el Congreso por muchos años.
Lamentablemente, un gran obstáculo para un desarrollo armónico y moderno de la SP ha venido justamente de Carabineros de Chile, la autoridad fiscalizadora. Pero todo el país conoce como esta sacrificada institución policial admirada en Chile y el extranjero, está ahora de manos amarrada y es pasto de una delincuencia que las ideologías imperantes insisten en cuidar más que a las víctimas.
Los recursos humanos que nutren a la SP son en general y salvo honrosas excepciones, provenientes de una masa amorfa que se mueve cíclicamente desde las mejores condiciones salariales, y por cierto la comodidad, de otras áreas de la actividad nacional.
Sólo basta el certificado de antecedentes, pero sabemos que hay una gran masa de pequeños delincuentes que no están fichados. Además, no existe una gran base nacional de datos basada en información responsable entregada por las empresas de seguridad, para ir depurando el sistema de malos elementos, ya que podría ser considerada una forma de discriminación laboral.
Y un largo etcétera que por razones de espacio no puede tratarse en este artículo.Por supuesto que se pueden hacer cosas y erradicar los vicios del sistema, colaborando eficazmente a la policía en su lucha contra la delincuencia, pero eso implicaría cambiar la forma chilensis de pensar, desarrollar con sentido de futuro, abrirse a una colaboración público-privada, estar dispuestos a los consiguientes cambios legales, pero sabemos que eso se da en otras latitudes, no en Chilito.