Depresión y estrés son las enfermedades mentales más diagnosticadas en Chile
Humanizar las ciencias de salud mental, hacer una psiquiatría más reflexiva incorporando trabajos de filósofos; y una psicología que no sea de laboratorio, sino que integrada en la existencia de las personas con temas biológicos de la antropología. Este desafío es el que se propone el Congreso Internacional en Filosofía, Psiquiatría y Psicología, cuya 17 versión se desarrollará en Chile, correspondiendo a la primera vez en Latinoamérica.
La coordinadora académica del Centro de Estudios de Fenomenología y Psiquiatría, de la Universidad Diego Portales, Leonor Irarrázaval, quien además está a cargo del encuentro que se efectuará en el Teatro del Lago, Frutillar, explicó que "se trata de acercar esto a Sudamérica y países hispanoablantes y ofrecer un diálogo interdisciplinario, que siempre resulta interesante".
Según explicó la profesional, en Chile el nivel de los estudios de salud mental ha ido mejorando, pero aunque actualmente se destinan más fondos y hay una mayor cantidad de estudiantes de doctorados, los índices están muy por debajo de países como Alemania, Inglaterra, Estados Unidos, donde el campo y los recursos para desarrollar investigación son mucho más bastos.
No obstante, en lo que sí hay claridad es en el análisis de la realidad local, que la coordinadora de la conferencia detalló.
"La enfermedades más diagnosticadas en Chile es la depresión, junto con el estrés y la angustia. También se da mucho el trastorno bipolar, cuadros fóbicos y crisis de pánico", afirmó.
AYUDA PROFESIONAL
Distintos proyectos se han enfocado en desarrollar o identificar precozmente enfermedades mentales, con el objetivo de que éstos puedan tener un tratamiento desde su inicio, y no desde que el cuadro se identifica.
"Se ha avanzado mucho en la identificación de los distintos cuadros clínicos y las personas están más conscientes de los servicios de salud que existen, haciendo uso de ellos sin tantos prejuicios, ya que antes muchos de los pacientes se terminaban convirtiendo en víctimas de la estigmatización", sostuvo Irarrázaval.
Es por este aspecto que, tal como indicó la académica, muchas veces las personas no reciben los tratamientos adecuados.
Considerando las enfermedades mentales que sufren los chilenos, uno de los pasos más relevantes para encontrar solución tiene que ver con tener la disposición a acudir a un psiquiatra o psicólogo, y, por otra parte, dejar atrás los temores de ser vistos por otros como "locos".
"Estas miradas negativas hacia los tratamientos profesionales ya están quedando en el pasado, porque hoy hay mayor entendimiento en relación a que esta es la vía para poder superar los cuadros. En la medida en que haya claridad en esto , va a ser posible mejorar el diagnóstico y efectuar tratamientos oportunos", añadió.
CONTEXTO Y AMBIENTE
En 2010, tras el terremoto y tsunami que afectó a la zona centro-sur del país, el estrés post traumáticos, con características como la ansiedad, tuvieron un severo aumento entre la población, generado por el contexto de catástrofe que se vivía.
"Las situaciones críticas o catastróficas pueden detonar cuadros clínicos asociados a esos eventos, como la ansiedad o la depresión", aseguró la psicóloga.
Es por lo anterior que también cabe entender que el origen de las enfermedades mentales está fuertemente ligado a la situación que se viva en el aspecto social, y el desarrollo histórico de una cultura.
"Con el desarrollo tecnológico, y de estilos de vida se ha evidenciado un cambio en la estructura familiar, ahora con una orientación hacia el individualismo y autonomía. Además, hay muchas personas que viven solas, ya no se forman familias numerosas porque hay un cambio en cómo se ve esta unidad social. En el ámbito de la pareja, se observa que ya no hay tantas relaciones, de hecho son más las separaciones que las uniones de por vida. Todo esto va cambiando el tipo de angustias existenciales y de problemáticas psicológicas que las personas tienen", puntualizó.
No obstante, junto con los cambios en los estilos de vida, los dispositivos tecnológicos han ido alcanzando una posición privilegiada en las rutinas de las personas.
Es por esto que, según señaló Leonor Irarrázaval, una patología que aparecido en los últimos años es la adicción a la tecnología, lo que va de la mano con el desarrollo tecnológico.
"Los juegos electrónicos, los computadores, los teléfonos móviles, las redes sociales. Todo esto ha ido ocupando un lugar importante en las vidas de las personas. Hay que entender que todos los avances científicos y tecnológico afectan, de alguna manera, los estilos de vidas de las personas", sostuvo.