"La pregunta es con qué profesores hay que concordar el proyecto"
Frustrante. Así define el diputado de la DC e integrante de la Comisión de Educación de la Cámara, Mario Venegas, el serio traspié que tuvo el miércoles el proyecto de carrera docente en esa instancia parlamentaria.
La aprobación al día siguiente de la idea de legislar en la Sala de la Cámara fue, para el legislador, reflejo de que se "entendió la implicancia" que tenía rechazar esta iniciativa, "la más importante en los últimos 30 años" para el profesorado, dice este ex docente de Historia.
Para que situaciones como ésas no vuelvan a ocurrir y para evitar la obligación de sentarse a conversar con la oposición -algo "inapropiado" desde el punto de vista político, según Venegas-, el DC pide buscar "un mejor método de diálogo" con los parlamentarios oficialistas. Sin embargo, también advierte que no se puede conversar sin un "interlocutor legitimado".
-El jueves de alguna forma se entendió la implicancia de no votar la idea de legislar. Era detener el avance de ese proyecto de ley de gran importancia, el más importante proyecto de ley, que busca beneficiar a los profesores de Chile, en los últimos 30 y algo años. Porque negarse a votar en general es decir "yo no quiero seguir discutiendo, no quiero dar recursos a este proyecto".
-Sí, por supuesto. Pienso que hay que preocuparse más de la forma, hay que buscar un método, una forma de un mejor diálogo con los parlamentarios para que no se produzcan estos hechos, y que permita también atender las distintas posiciones que los diputados de la comisión tienen, particularmente de los que somos parte de la coalición de Gobierno.
-Siempre es posible hacerlo mejor, y las cosas, si se hacen mejor, se puede prever de mejor manera los escenarios que se van a enfrentar y se pueden tomar acciones para no tener estas situaciones que son tremendamente frustrantes para todos los que estamos empeñados en empujar cambios significativos en nuestro sistema educacional.
-Es evidente que lo que denota es falta de unidad de criterio respecto del proyecto. Denota, también, que tenemos que levantar la mirada un poco más y pensar en el proyecto país que comprometimos con la ciudadanía y no quedarnos enredados en las cosas pequeñas, individuales y particulares. Por otro lado, cuando tú no tienes tus propios votos, te ves forzado a generar acercamientos, que no fueron una negociación, sino que fue una explicitación más precisa de un tema que ya la ministra Delpiano había comprometido, como era avanzar hacia el 40% de horas no lectivas en escuelas básicas y de sectores vulnerables.
-Desde el punto de vista político no lo fue, porque a muchos no les gustó ese acercamiento e incluso algunos votaron en contra o no firmaron el protocolo precisamente por eso. Por ello es más necesario que nunca disciplina y unidad, para que el Gobierno no se vea en un pie forzado de recurrir a esto. Es como el huevo y la gallina: qué esta primero. Creo que hay que hacer esfuerzos para que, dentro de las legítimas diferencias que son propias del trabajo legislativo y que son perfectamente entendibles, prime la unidad, el proyecto mayor que tenemos, que hay que buscar afanosamente concretar, sobre todo cuando se trata de la educación, eje de las reformas estructurales que el Gobierno comprometió.
-Hay dos cosas: había un acuerdo unánime de que esa sesión, que fue una sesión especial, era para votar y había que cumplir ese acuerdo. A todos nos sorprendió, una vez más, pedir un aplazamiento, pues ya hemos tenido muchos. Segundo, hay un argumento que es importantísimo, y esto es que nosotros firmamos un documento llamado "Condiciones necesarias para seguir legislando", en la que le hacíamos una serie de requerimientos, a solicitud del Colegio de Profesores, al Gobierno y al Mineduc. Ese documento fue completamente respaldado por el Gobierno. Y nosotros firmamos que si eso ocurría, seguíamos legislando. De manera que no había ni existía ninguna necesidad, a juicio de varios de nosotros, para seguir postergando una votación. Por otro lado, ¿quién garantizaba que cuando tuviéramos una semana más eso iba a dejar que los profesores que hoy día están en contra estuvieran en una posición distinta? ¿O que depusieran el paro? Ya llevamos 60 días en esto. No tenía sentido, había que sincerar esto: quiénes estábamos por votar y avanzar en la discusión y perfeccionamiento del proyecto y quiénes, por legítimas razones, no lo creían así. No ganábamos nada con escuchar. La verdad es que hace rato que se perdió la capacidad de escuchar.
-Sí. Es una buena frase, pero de difícil concreción, porque la pregunta es con qué profesores hay que concordar el proyecto. ¿Con Gajardo, que es el presidente oficial del colegio? ¿Con Darío Vásquez o Mario Aguilar, que son los que lideran la disidencia? ¿O con aquellos profesores que no reconocen ninguna de esas conducciones, que están repartidos a lo largo y ancho de Chile? ¿O cuál?
-Obvio, pero si es evidente. Este Gobierno o cualquier otro necesita un interlocutor legitimado, validado, con quien llegar a acuerdos, y que una vez que se llegan a esos acuerdos, se expresen en la práctica. Y esa capacidad hoy no ha existido. Pero no es responsabilidad ni del Gobierno, menos aún de los parlamentarios. Yo lo planteaba en mi intervención: Díganme, por favor, ¿con quién hablo? ¿Quién representa a la mayoría? ¿Los que están aún en paro, que son un 20 y algo por ciento? ¿O la mayoría silenciosa que está trabajando en las escuelas? ¿A quién escucho? Y cuando hay estas dificultades, por supuesto que habría sido deseable hablar más con el Colegio, pero para eso es indispensable que en el colegio haya conducción, unidad y posibilidad de llegar a acuerdos que todos respeten. Si no, me está pidiendo algo imposible.
-El Colegio y los gremios tienen todas las armas que son legítimas para tratar de conseguir sus objetivos, y el paro es uno de ellos. Pero claramente, a estas alturas no se puede desconocer que hay un daño efectivo, primero a los estudiantes que están sin recibir sus clases, a la familia de esos estudiantes, y en definitiva lo que más me preocupa es que se trata de estudiantes de la educación pública, que es la que precisamente queremos tratar de fortalecer y apoyar.
-No soy quien para opinar sobre lo que haga el presidente del Colegio de Profesores, pero sí constato un hecho: no hay legitimidad suficiente con el conjunto de los profesores, y la falta de unidad en el directorio nacional hace más complejas las cosas, incluso para él. Por supuesto, para él tampoco ha sido nada grato este proceso.
-Yo nunca le he temido a las evaluaciones, eso desde toda la vida y desde la época en que era docente en ejercicio. Pero entiendo que aquí lo que estamos consiguiendo es intentar acercar las posiciones entre lo que el proyecto inicialmente planteaba y lo que eran los requerimientos del Colegio y, en ese sentido, para alcanzar acuerdos usted siempre tiene que ceder, más allá de los gustos personales o no.
-No, se ha cedido lo que es necesario para poder... Lo que nos dicen es que el proyecto tiene que ser más acorde a lo que los profesores, o los que representan a los profesores, están solicitando. Hemos hecho un genuino esfuerzo. Y en aquellas cosas que no hemos conseguido hasta ahora avanzar, como por ejemplo, el tema de rebaja de los alumnos por cursos o el bono permanente de incentivo al retiro, es una tarea pendiente que no pierdo la esperanza de que podamos hacer un mayor esfuerzo en esa dirección. No quiero que mañana me indiquen con el dedo que soy el que vendí a los profesores. Estoy convencido que tengo muchas formas de mostrar que siempre he estado del lado de mejorar las condiciones de los profesores. Y en lo que fue mi gestión como presidente de la comisión y en años anteriores como miembro de la comisión, siempre, indefectiblemente, he estado del lado de los profesores. Esto de que quienes rechazaban el proyecto están con los profesores, y los que lo aprobábamos estamos en contra, creo que es un dilema completamente falso.
-El foco es claro. Lo que queremos es mejorar la calidad de los aprendizajes de los alumnos, en particular los más discriminados del sistema, que son los alumnos vulnerables. Para esos fines estamos moviendo varias teclas. Una de ellas, la más importante si se quiere, es la situación laboral y de trabajo de los profesores. Pero el foco central es y está puesto en los niños de Chile que necesitan una mejor educación para mejorar las condiciones que tienen para competir en este mundo, en donde la educación sigue siendo una herramienta poderosa de justicia social.
-Tengo la esperanza de que vamos a concretar todos estos cambios en las indicaciones, y que los profesores se podrán dar cuenta que, sin ser con toda certeza el 100% de lo que ellos pedían, es un proyecto que sin duda es un avance importantísimo. Insisto: un esfuerzo que en más de 30 años no se hacía y seguiremos trabajando en la discusión en particular para poder mejorar y perfeccionar, que es lo que corresponde. Por eso que era tan sinsentido votar en contra o impedir la continuación de la tramitación de este proyecto de ley.