Microemprendimiento abre puertas al desarrollo laboral de personas ciegas
Estudiar, encontrar trabajo y desarrollarse profesionalmente es una realidad cercana para un alto porcentaje de las personas. Sin embargo, cuando hay una discapacidad de por medio el abanico de oportunidades se ve dramáticamente reducido.
En una panorama como el mencionado, la existencia de espacios que den posibilidades de integración son siempre recibidos con ansias.
Tal es el caso detrás del microemprendimiento llevado adelante por Chengyuan Dong y Mariela Aravena Opazo, quienes se unieron para crear el centro de reflexología y masoterapia Terapie. ¿La novedad? sus terapeutas son ciegos.
En China, donde los masajes son parte de la costumbre de sus habitantes, esta es una modalidad tan normal como requerida.
Así lo afirmó Dong, ingeniero comercial llegó a Chile por medio de sus proyectos de exportación en Innova Biobío, quien señaló que en el gigante asiático "hay una cultura en la que la reflexología y los masajes son algo habitual, lo que tiene que ver con las agotadoras jornadas de trabajo".
Según agregó el joven empresario, a diferencia de la realidad china, donde abundan las casas de masajes, en Chile esto no es tan común.
"En China hay muchas ciegos que trabajan en esto y se destacan porque tienen una sensibilidad distinta y eso es algo que los clientes reconocen", sostuvo. Entonces el planteamiento fue el de por qué no replicar la experiencia en Concepción, dando así oportunidades y probando en un nicho que hasta ahora ha sido poco explotado. De esta manera, en conjunto con Coalivi (Corporación de Ayuda al Limitado Visual), cuatro personas comienzan a vivir un cambio en sus vidas.
MENOS PREJUICIOS Y
MÁS OPORTUNIDADES
"Yo soy capaz". Ante una frase como esa no hay argumentos que puedan objetarla , más aún cuando vienen de la boca de personas que luchan para demostrarlo, y Karen Báez, Marcelo Figueroa, Verónica Sandoval y Eugenio Santuber trabajan para ello.
Los cuatro pertenecen a Coalivi. Según contó el jefe del Centro de Educación y Rehabilitación Integral de la corporación, Patricio Parada Ceballos, cuando el emprendedor chino le cuenta sobre la idea de desarrollar un espacio en que puedan trabajar personas ciegas y le pide su colaboración para seleccionarla, su respuestas fue inmediatamente un sí.
"En Coalivi consideramos que esta es una de las situaciones ideales, porque lo que nos interesa es que las personas ciegas o con baja visión puedan estar integradas e incluidas en todas las actividades sociales, que sientan que tienen una vida activa y útil", sostuvo.
No obstante, tal como indicó Parada, las oportunidades laborales están al debe. La principal crítica apunta a que la sociedad no ha sido capaz de integrar a las personas ciegas al ámbito laboral por diversas razones, principalmente por el prejuicio que existe.
"Se asume, desde el desconocimiento, que las personas ciegas no son capaces de rendir adecuadamente. La experiencia nuestra nos ha demostrado que es totalmente al revés. La persona con discapacidad normalmente rinde más que los otros, porque sabe que la oportunidad laboral no la va a tener muchas veces, por lo que está consciente que tiene que cuidarla, entonces es el primero en llegar al trabajo, es cuidadoso, responsable y sabe que debe ser eficiente", explicó.
La existencia de oportunidades es, a juicio del representante de Coalivi, lo importante, "si luego las aprovechan o no, es decisión de ellos, pero debe haber espacios, porque allá afuera hay personas con nivel universitario que no han podido ejercer, o personas que postulan a trabajos y no reciben respuestas, por la única razón de ser ciegos".
GOLPEANDO PUERTAS
Karen Báez sabe lo que es enfrentar dificultades. Estudió pedagogía en Religión en la Universidad Católica de la Santísima Concepción, y ejerció un año, trabajando en establecimientos educacionales de Concepción y Coronel.
"Trabajar como profesora fue enriquecedor, el contacto con los niños es una cosa increíble, una experiencia muy nueva en todos los sentidos, desde como tratarlos hasta cómo convivir. Tuve que poner reglas, como mantener la sala ordenada y sin mochilas en el piso, porque me podía caer. A ellos les impresionaba que yo pudiera hacer cosas solas, es porque no saben que uno, a pesar de ser ciego, funciona igual que el resto", afirmó.
Pero no todo fue tan positivo, sostuvo Karen. "Dejé de hacer clases por dos razones, una de ellas es porque la vida del profesor es muy agotadora, uno no descansa, hay que trabajar dentro y fuera del aula, preparar las clases y no me proyecto en ese estilo de vida".
"La segunda razón fue por una mala experiencia que tuve: recibí agresión física de parte de un niño al que le llamé la atención. Me golpeó con puños y patadas. Fue una situación muy fuerte", contó.
Sin trabajo y deprimida la joven fue parte de la selección que realizó Coalivi donde fue invitada a participar en el emprendimiento.
"No me lo esperé nunca porque aunque yo quería incursionar en las terapias, nunca pensé que iba a ser tan pronto. Tener una posibilidad como esta es maravilloso porque la vida de nosotros siempre es golpear y golpear puertas. Esto es inclusión, porque nos permite desarrollarnos en un trabajo como todo el resto y aportar a la sociedad. Hoy llego a la casa cansada, pero feliz", afirmó.