Grecia pide ayuda a cambio de recortar las pensiones
Grecia solicitó ayer formalmente el tercer rescate y, tras el ultimátum formulado el martes por los socios europeos, comenzó a resquebrajarse el apoyo que la oposición dio al primer ministro griego, Alexis Tsipras, tras el abrumador resultado en el referéndum del domingo.
En la carta de solicitud formal, firmada por el nuevo ministro de Finanzas, Euclides Tsakalotos, y facilitada a los medios, el Gobierno se compromete a aplicar una serie de reformas, "a partir de la próxima semana", incluidas medidas relacionadas con la reforma fiscal y con las pensiones.
Además, se compromete a entregar hoy el plan de reformas detallado que irá sujeto a este rescate.
La solicitud tendrá que ser examinada ahora por la Comisión Europea (CE), el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI).
El examen tardará tiempo y según la agencia EFE, entraña sus riesgos, pues los créditos del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) sólo pueden concederse en caso de que la inestabilidad financiera del país que los solicita pueda suponer un peligro para la zona euro en su conjunto.
Es este principio, recogido en el artículo 12 del tratado, el que invoca precisamente el Gobierno griego al solicitar el rescate, un planteamiento que otros socios podrían cuestionar, pues muchos países sostienen que los cortafuegos creados en los últimos años han servido para limitar el peligro de contagio.
La oposición
se distancia
Mientras tanto, todos los partidos que el lunes cerraron filas en torno al primer ministro han dado la voz de alarma al ver que en la eurozona se habla abiertamente de la salida de Grecia del euro.
El presidente interino de los conservadores de Nueva Democracia, Vangelis Meimarakis, pidió un debate inmediato en el Parlamento sobre la nueva situación y aseguró que no participará en nuevas reuniones de líderes de partidos "a puerta cerrada".
Aludió así a la reunión de líderes celebrada el lunes en el palacio presidencial, en la que se dio un mandato de negociación a Tsipras.
"Las próximas horas son críticas, está en juego la cohesión social, nuestra permanencia en la eurozona, nuestros intereses nacionales. Nunca la situación ha sido tan difícil", dijo Meimarakis en el Parlamento, para añadir que su partido no aceptará una salida del euro sin la "legitimación de los ciudadanos".
Con ello, Meimarakis pidió indirectamente un nuevo referéndum para el caso que se llegue a la situación extrema de tener que optar por la salida del euro.