Padre… ¿biológico, doméstico o genealógico?
En estos días los jardines infantiles se esmeran por organizar actividades para los padres como actos o desayunos. Niños y niñas, confeccionan marcadores de libros, posavasos u otros objetos para agasajar a sus progenitores. Sin embargo es necesario advertir que a este evento pueden asistir el padre, entendiéndose biológico o la figura paterna significativa.
Pues más de una vez, frente a ausencia parental, las madres deciden no enviar a sus hijos o hijas durante dicha semana para evitar problemas y dolores.
El "Día del Padre" frente a las nuevas y diversas configuraciones familiares, nos debería llevar a comprender complejamente el mismo concepto de parentalidad, en este caso paternidad. Siguiendo a Théry (1997), en el concepto de "parentalidad" hay que distinguir tres condiciones: la biológica, determinada por que padre es quien ha engendrado. La doméstica o social, en la que padre es quien cría al niño/a en su casa; es decir, en una familia doméstica, que está bajo el mismo techo. Y finalmente, la parentalidad genealógica, que no es una cuestión de hecho, ya que es una construcción cultural que permite inscribir a los/as hijos/as en una representación del parentesco, e instituirlos como sujetos. Esto permite que se establezca un orden simbólico y transforma la simple reproducción en una sucesión de generaciones.
En concreto, actualmente es posible que la figura de padre esté presente en más de una persona, lo que implica abrirnos a la posibilidad de la pluripaternidad.