Kurt Cobain: la vida de un rockero en clave íntima
Un xilófono desgrana lento las notas de "All apologies", mientras una voz infantil pregunta "¿quién eres?", sucesión de imágenes familiares de un adorable niño de mejillas coloradas que juega, abre regalos y sopla las velitas de su torta de cumpleaños número dos mientras la misma voz afirma: "Soy Kurt Cobain".
Esas son parte de las imágenes promocionales de "Cobain: montage of heck", documental sobre el músico e icono de los noventa dirigido por Brett Morgen. El realizador contó con toda la aprobación de su única hija y la viuda del músico, que se suicidó hace ya 20 años.
Las primeras reacciones han sido de aprobación, tanto en su premier en enero de este año en el Festival de Sundance, como posteriormente en su paso por el Festival de Berlín.
Producida por Universal Pictures y la cadena televisiva HBO, tendrá una breve temporada en cines de Inglaterra y Estados Unidos, mientras que estrena este jueves en España y podría llegar a Chile a fines de mayo. Mientras tanto, HBO la pondrá al aire en Estados Unidos el próximo 4 de mayo, esperándose que luego tenga su estreno mundial para los suscriptores de la señal.
OCHO AÑOS
Ese fue el tiempo que tardó el documental en ver la luz, desde sus inicios en marzo de 2007 cuando Courtney Love, viuda de Cobain, buscó al cineasta Brett Morgen para que se hiciera cargo del legado audiovisual que ella custodiaba: filmaciones caseras en familia de Kurt Cobain desde los seis meses a los ocho años, y luego de su relación con ella y de cuando llegó a sus vidas la pequeña Frances Bean.
Se sumaron álbumes de fotografías, filmaciones nunca vistas de actuaciones de Nirvana, así como canciones inéditas, sus pinturas al óleo, esculturas, 108 cassettes de grabaciones y experimentos sonoros. Además sus diarios de vida, listas de deberes y cancioneros. Un enorme caudal de imágenes, letras y sonidos que compilaban los altos y bajos de los 27 años que alcanzó a vivir el vocalista de Nirvana.
Según confesó el director a la revista Rolling Stone, buscó más una aproximación al ser humano que mostraba el paso de los años, que hacer un retrato del ídolo musical. Algo así como lo que hizo Richard Linklater en "Boyhood", según apuntó.
Reconoció que, como cualquier biografía autorizada, tuvo que evitar caer en la hagiografía, complacencia o crónica de un martirio. La columna vertebral que sustenta al documental es la entrevista que en enero de 1994 le hizo David Fricke del mismo magazine.
El soundtrack, por otro lado, es pura música de Cobain inédita, incluso su cover de "And I love her", de Los Beatles. Y aparte de usar imágenes reales, también acudió a los dibujos de Cobain para basar un trabajo de animación que realizaron un par de artistas.
LOS NOMBRES
En uno de los adelantos del documental se ha podido ver cómo se llegó al nombre de Nirvana para designar a la banda: aparecen hojas de un cuaderno, donde se escriben decenas de otros nombres como Novocaína, Boy in Heat, Cold and Wet, Window Pain y Fecal Matter, entre algunos.
"Montage of heck", algo así como "Montaje del demonio", es el nombre del cassette 59 de los 108 que se encontraron entre las pertenencias del músico.
Para el director, acceder a este material, fue esencial para ir construyendo el retrato crudo, íntimo y honesto que se impuso desde el comienzo. La grabación de la cinta se siente como una especie de compuerta a la mente de Cobain: un collage musical de diversas grabaciones, que hizo a fines de los ochenta, cuando salía de una adolescencia llena de rechazos. En ese momento, no pensaba en liderar los noventa y ni siquiera sabía que pasaría a engrosar la memorable lista de rock stars muertos a los 27 años.
Al parecer, el acceso a material tan íntimo ha decantado en un trabajo intenso tras la pista de quién fue este Kurt Donald Cobain. El hijo, hermano, esposo y padre sumados al enfermo crónico y adicto a la heroína, que terminó con una bala en la cabeza quizás porque no pudo lidiar con la fama y el nombre que se le adjudicó.
Otras piezas que se han inspirado en el trágico muchacho de Aberdeen son el documental de 1998, "Kurt & Courtney", dirigido por Nick Broomfield, al que Courtney Love demandó. También el documental "About a son", de AJ Schnack (2006), y la ficción de Gus Van Sant "Last days" (2005). Todas lidiaron con el retrato esquivo de un hombre que forma parte ya de nuestra memoria cultural.