Creación de falsos líderes
Hay muchos electores que están decepcionados del deficiente desempeño de la Presidenta Bachelet, que no debiera ser novedad para quienes siempre hemos hecho un análisis realista de su condición de "líder". En su desempeño como ministra de Salud en el gobierno de Lagos, ya mostró su bajo desempeño en solucionar los eternos problemas en esa área.
ONU Mujeres fue un cargo creado para ella en una entidad ya desprestigiada como es la ONU. Pero su contacto más directo con los medios sociales, muy bien enlazados con las entidades políticas de izquierda, le permitieron crear una popularidad basada en su "simpatía", "cercanía","linda sonrisa", con que la gente sencilla la bautizó.
Los lobbistas siempre alertas a la caza de votos, encontraron en ella la oportunidad de "crear" y enfatizar esa faceta, y "fabricaron" la imagen ideal de líder, en base a características tan externas y débiles, que no necesariamente hacían de ella una líder estadista.
Los politiqueros que hoy han quedado en evidencia, ayudados por los medios de comunicación, ensalzaron su imagen e hicieron de ella la "Santa Bachelet" que traería al país el bienestar que todos deseamos. Sabemos que su primer período no fue ninguna maravilla y que detrás de distintas iniciativas y proyectos estaba la labor de sus colaboradores con los que quizás muchas veces ella ni siquiera estaba de acuerdo, pero había que obedecer las órdenes de partido.
No hay que esforzarse mucho para darse cuenta que una vez más, su liderazgo no existe. Sigue el dominio de una Nueva Mayoría que ha guardado un silencio cómplice y le ha entregado en mensajes estudiados lo que debe hacer o decir. Su corazón de madre debe sufrir enormemente, porque en pos de ideales políticos muy elaborados y de inconfesables intenciones de sus colaboradores, descuidó su labor de madre, formadora y guía de sus hijos, con falta de diálogo, escasez de calidad de tiempo para dedicarles en su niñez y juventud, y decir hoy que se "enteró por la prensa" de los negocios de su hijo, daña profundamente toda su imagen.
No es calificarla como incapaz, e ineficiente. Los acontecimientos y sus primeros ideales políticos la llevaron a involucrarse en una misión, que con el correr de los hechos, se fue dando cuenta que no era lo suyo y que más bien estaba siendo víctima de propósitos inconfesables de los politiqueros de siempre. Quizás muchas veces, en sus escasos momentos de intimidad, anhelará ser una sencilla dueña de casa, con la cercanía de sus hijos y nietos, en vez de estar abrumada por un manejo político que le es ajeno. Su natural simpatía y cercanía con la gente no es suficiente para gobernar un país como el nuestro.
Lo sucedido con Penta, Caval y Soquimich hacen de Chile un país difícil de gobernar, porque tenemos falencias que hacen de nosotros malos ciudadanos, funcionarios corruptos, con avaricia desmedida, un pueblo que cada día se empodera más, sin entender que hay primero ser responsables con los deberes para exigir derechos, que un gobierno no puede hacerlo todo sino que necesita a cada ciudadano cumpliendo con su deber esté donde esté.
Graciela Selman M.
Integrante
del Consejo
Académico Asesor
Universidad
San Tomas