Grandes ojos que miran más allá del sello de Tim Burton
Existen pocos directores de cine que tengan un estilo o un sello tan marcado como en el caso del norteamericano Tim Burton. Allí prima lo imaginativo, una profunda admiración por el arte gótico, el fanatismo por las películas de terror de los años 50, una estética bizarra y personajes tan estrafalarios como perturbados. Ello no sólo se palpa en películas como "Batman" o "El gran Pez", así como las tantas que tiene con Johnny Depp como protagonista, sino también en sus animaciones en stop motion como "El cadáver de la novia" o "Frankenweenie".
Una de las excepciones en que quiso alejarse de su propia estética fue con el remake del clásico "El planeta de los simios", un torbellino de acción futurista que no contó con el beneplácito de la crítica. Tras ello volvió a "lo suyo", y pasarían trece años para que se arriesgara con otra producción más tradicional. Es el caso de "Big eyes", filme que este jueves se estrena en cuatro ciudades del país, incluyendo Concepción, según informaron desde la agencia Plaza Espectáculos.
Se trata de un filme biográfico basado en el caso de la artista Margaret Keane (Amy Adams); cuya obra fue indebidamente apropiada por su esposo Walter (Christoph Waltz), un pintor de poca monta que la tuvo trabajando en el anonimato mientras él se llevaba todo el crédito.
La cinta recrea el caso con particular realismo, salvo por un momento "Burton" en que la angustiada artista ve a las personas en un supermercado con grandes ojos, lo cual constituye el sello de sus retratos.
Acá lo más destacable no es la construcción de un imaginario surrealista, sino el fidedigno retrato de la escena artística de los sesenta en Estados Unidos; con el papel que cumplían los pequeños escándalos, la sublimación de la personalidad del artista y el poder casi endemoniado que ostentaban algunos críticos.
Es ahí donde quizás podamos encontrar un nexo con la obra del creador de "Beetlejuice"; pues en aquella escena cultural tan diversa se apreciaba el sello único y distintivo incluso por sobre la técnica y las temáticas. Un Jackson Pollock o un De Kooning debían ser reconocibles de forma inmediata, por lo que prácticamente se vieron impedidos de salirse del action painting o el expresionismo abstracto, respectivamente. Es por ello que toda la obra de Keane debía tener aquellos ojos grandes y cautivadores en esta suerte de manierismo contemporáneo.
Otro aspecto crucial en el filme es el trabajo actoral de los protagonistas. Adams demuestra porqué está entre las grandes actrices del momento con un viaje desde el amor, la inseguridad y la inocencia hasta el desprecio y la valentía; mientras que Waltz se luce con la interpretación de un "chanta" cínico y bipolar hasta el extremo.