Un desafío para lograr igualdad de género es criar hombres maternizados
La lucha de la mujer a favor de la igualdad con el hombre es lo que se conmemora en el Día Internacional de la Mujer, y si bien la celebración de este día data de hace cerca de un siglo en algunos países europeos, desde 1977 que la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas proclamó el 8 de marzo como el Día Internacional de la Mujer y la Paz Internacional.
Es que si bien la mujer ha estado presente en todos los periodos de la historia, destacándose unas sobre otras, su imagen estuvo durante muchos siglos sesgada por la visión y quehacer del hombre, otorgando a las féminas un rol afectivo y materno, con menos derechos de participación y desarrollo en todo ámbito.
Según sostiene la socióloga de la Universidad San Sebastián, Alina Muñoz Rojas, docente de las carreras de Ciencias Políticas e Ingeniería Comercial, esta desigualdad tiene que ver con la configuración de las relaciones de género a las que socioculturalmente se les atribuyen distintas categorías. 'Desde la visión más tradicional, lo femenino se asocia con lo íntimo: con los afectos, la emotividad y la naturaleza; lo masculino, por su parte, se ha asociado al desarrollo de la razón, pensamiento lógico, lo exterior, lo duro. Es por eso que desde esa visión se ha generado la imagen de complemento de ambos'.
Es por eso que la mujer se ha desarrollado, tradicionalmente, en el ámbito de lo íntimo, dedicándose al hogar, a la familia, a la crianza de los hijos y a labores domésticas.
Pero al haber tomado consciencia de su condición social, de sus capacidades y de sus derechos, también empezó la lucha, una que lleva muchas décadas, que ha costa sangre, sudor y lágrimas, donde aún quedan muchas batallas por ganar.
Y es que las desigualdades entre hombres y mujeres, sin dudas, continúan, y eso nadie lo puede desconocer. 'Pues se incorporó la mujer al trabajo asalariado, pero justamente es allí uno de los lugares más próximos donde esta inequidad se puede encontrar, donde existe una diferencia de casi 150 mil pesos en promedio en el sueldo entre un hombre y una mujer ocupando el mismo cargo. Sin duda que es algo aberrante', afirma.
Además, la desigualdad es latente en toda clase social y en distintos ámbitos, sobre todo si de ocupar altos puestos de poder se trata. Ni las estrellas de cine están a salvo, de hecho, recientemente, cuando Patricia Arquette recibió su Premio Oscar como Mejor Actriz de Reparto por su papel en la aclamada cinta 'Boyhood', en su discurso realizó una proclamación respecto de la búsqueda de igualdad de derechos entre hombres y mujeres, lo que visibilizó por ejemplo, a una escala de millones de dólares, la diferencia de salarios que habían entre actrices y actores.
INSATISFACCIÓN
La incorporación de la mujer al mundo del trabajo asalariado también ha ido de la mano con otras dificultades, como la crisis del mundo familiar: la mujer sale de su casa, aparece el tema del cuidado infantil y los cuestionamientos, unos que según la socióloga se siguen generando, pero cada vez de manera menos potente.
Por eso, más allá de los beneficios que otorga la posibilidad de desarrollarse de manera integral e independizarse, según Alina Muñoz, la incorporación de la mujer al ámbito laboral produce cierta insatisfacción respecto a sus experiencias de feminidad, especialmente ligado a la maternidad. Y eso lo afirma a partir de un trabajo de tesis que se encuentra realizando. 'Hay mucha frustración, mucha culpa, porque las mujeres estamos trabajando y no en la casa con los hijos. Ahí hay una doble carga que también ha llevado a que muchas de las mujeres con las que estoy trabajando en la investigación, cuando llegan a su casa se enfocan netamente en su rol de madres y descuidan su rol de pareja. Entonces se produce todo un desequilibrio y una crisis de convivencia de pareja', plantea.
-Creo que una alternativa sería reducir o cambiar las jornadas laborales, ingresar más temprano y salir antes, una medida que otorgue la posibilidad de estar durante las tardes con los hijos, irlos a buscar al colegio. En la actualidad, desde la política pública se han instaurado estos cuidados de 4 a 7 que son cuidados infantiles gratuito, entre otros. O los 'after school', porque el tema también es qué pasa con los niños entre las 4 y 6 de la tarde. Todo esto apunta de la igualdad de derechos.
-Creo que primero hay que tener claro que la diferencia y la diversidad enriquecen, pero debe estar equiparado en términos de derecho.
Y hay cambios que se tienen que ir produciendo lentamente y en el núcleo íntimo, desde la familia y con los niños, ya que la frase de que 'machismo empieza con eme de mujer' es muy certera, porque son las mujeres las que principalmente han educado, han estado a cargo de la crianza por estar al interior de los núcleos familiares.
Esto plantea un desafío de las mujeres en la búsqueda de la igualdad, que es lograr educar a hombres que puedan desarrollar sus aspectos femeninos, desde el punto de vista de los afectos. Y los hombres están muy abiertos a eso hoy en día, así como las mujeres se han endurecido, ellos se han feminizado: cambian pañales o sacan a pasear a sus hijos, se cuestionan y también sufren por no pasar tiempo por ellos.
-Claro, ya que aunque biológicamente un hombre no puede dar a luz, sí puede criar, puede desarrollar su maternidad, su capacidad de cuidado. El instinto materno se trabaja y construye, y por eso un hombre también lo puede desarrollar, ya que mujeres y hombres estamos capacitados para desempeñar los mismos roles.
Sin dudas las categorías de género están tan instaladas, que es lógico que es difícil transformar y reformarlo, eso se puede notar por ejemplo cuando son más las mujeres que eligen estudiar carreras como educación, enfermería o trabajo social, unas que son un área de cuidado y preocupación por el otro; por el contrario de las ingenierías, donde hay más hombres. No obstante, uno de los pasos más importantes en la búsqueda de la igualdad de derechos es estar conscientes de que el género es una construcción social, así como también la feminidad y masculinidad y que, como tal, se pueden cambiar.
Si bien la diversidad