Clima de violencia
'Estoy desesperado', ha dicho en una entrevista con El Sur el alcalde PS de Contulmo, Diego Ibáñez, al referirse a la situación que vive su comuna, por el prolongado conflicto mapuche en la provincia de Arauco. Cree que es una bomba de tiempo si las autoridades políticas no agilizan su accionar en la zona para dar una solución.
Resulta preocupante cuando dice que es un conflicto que se está escapando de las manos, cuando se queman vehículos o casas con personas adentro. Muchas veces no hay detenidos, y si los hay, quedan en libertad.
Varias comunidades indígenas de la provincia de Arauco y de la Región de La Araucanía están envueltas desde los años 90 en un conflicto con empresas forestales y agrícolas, a las que reclaman la devolución de tierras que consideran parte de sus territorios ancestrales. Siguiendo el camino de hacer presión con medidas de fuerza, se ha llegado a la actual situación, con la quema de propiedades, cosechas, bosques y el ataque a camiones madereros. La espiral de violencia se acentúa y resulta evidente que aún con la mayor presencia policial no se ha logrado garantizar el orden.
Llama la atención el silencio del gobierno en el tema. Cuando algunos ministros se han referido a ello, han reducido el conflicto a 'robo de madera', enviando una señal política difícil de entender, sobre todo considerando el clima de violencia que se vive en parte de la provincia de Arauco y de La Araucanía. Esta decisión bien podría ser leída como una estrategia para no politizar un tema complejo que compete a una amplia gama de actores institucionales.
Una posible explicación para la ineficacia de los gobiernos radica en un enfoque que todo lo engloba bajo el marco conceptual del 'conflicto indígena', lo que supone agregar a la tradicional tarea de diseñar políticas públicas el desafío de abordar demandas ancestrales. Aunque ésa es una dimensión del asunto que no se puede soslayar, parece más acertado poner el foco en aspectos objetivos, como las evidentes carencias socioeconómicas de la región, y en temas de seguridad, por la situación concreta de quienes son víctimas de un clima de violencia e impunidad que refleja serias fallas en el Estado de derecho.
Son temas relevantes que desde hace décadas aguardan pronunciamientos claros del Ejecutivo y que ya no pueden seguir esperando.