El Gobierno griego aseguró ayer que no reconoce a la troika de acreedores (Comisión Europea, Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional) como interlocutora en las negociaciones sobre su programa de rescate, y reiteró que la deuda 'no puede ser pagada' en los términos actuales.
'No tenemos intención de trabajar con una comisión que no tiene razón de existir, incluso desde la perspectiva del Parlamento Europeo', dijo el ministro de Finanzas griego, Yanis Varufakis, junto al presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem.
Varufakis precisó que el nuevo Gobierno surgido de los comicios del 25 de enero está dispuesto a hablar con los organismos institucionales, como pueden ser la Comisión Europea, el Banco Central Europeo o el Fondo Monetario Internacional, pero no con la troika como tal. Recalcó que el Ejecutivo, liderado por la coalición izquierdista Syriza, fue elegido porque tiene un programa que no acepta el actual plan de rescate y que defiende que la deuda 'no pueda ser pagada'.
Varufakis explicó que el propósito del Gobierno es tratar de 'convencer a todos' sus socios', entre los que citó a Alemania y Finlandia, 'para que se encuentre una solución' que sirva al 'interés común europeo'.
Grecia ha recibido en los últimos años sendos rescates, pero su deuda pública no ha dejado de crecer y hoy representa el 175% de su PIB. Dijsselbloem coincidió en que existe el compromiso de alcanzar 'una posición común como socios de la Unión Europea (UE)', aunque descartó la celebración de una conferencia internacional sobre la deuda griega, como planteó su interlocutor.