Fortalecer la productividad e innovación, dinamizar la participación ciudadana, reforzar el diálogo cultural y la legitimización de la institucionalidad medioambiental son algunos de los ejes estratégicos a los que alude el documento "Minería, una plataforma de futuro para Chile". El documento surgió como parte de un panel convocado por el Consejo Nacional de Innovación (Cnic) a petición del Gobierno, en una invitación a "pensar" los retos y oportunidades de la minería como plataforma de desarrollo de Chile.
En una arista "ciudadana", el informe propone mejorar el marco normativo de la consulta indígena y plantea destinar US$ 35 millones anuales para el fortalecimiento de las capacidades medioambientales.
En lo técnico, el informe hace mención a mejorar el acceso a la propiedad minera y aumentar la capacidad de investigación en el sector con 600 investigadores de excelencia en tres años (actualmente existen 350).
En el aspecto energético, se busca elaborar estudios cofinanciados por empresas mineras y compañías de generación y transmisión eléctrica para "afinar" los requerimientos energéticos de la industria.
En lo inmediato, el informe propone desarrollar este sector a través de un Consejo Público Privado, que ordene la acción de las diferentes reparticiones públicas vinculadas al sector minero y que gestione el "diálogo" de los actores relevantes
Este Consejo Público Privado para la Minería deberá ser el espacio para impulsar el diálogo en el sector. Será financiado por el Estado, empresas mineras y proveedoras.
Entre los asuntos que debería monitorear, están ampliar y potenciar el programa de desarrollo de proveedores de clase mundial de la minería y atraer a grandes proveedores globales para que se instalen en Chile en alianza con empresas locales.
Gonzalo Rivas, presidente del Consejo Nacional de Innovación y Competitividad (Cnic), aborda los principales desafíos de este informe y cómo se llevará adelante.
-Lo que queremos es que la minería opere como plataforma del desarrollo de proveedores más sofisticados con tres elementos fundamentales. Primero, un compromiso de nuevas compañías mineras de participar en este programa. Hasta el minuto tenemos dos, Codelco y BHP, pero tenemos un compromiso de que más se sumen. Lo segundo es que se plantea una agenda colaborativa entre las propias mineras firmantes, como son Codelco, BHP, Anglo y Antofagasta Minerals. Uno de los problemas que tenemos para desarrollar más proveedores en Chile es que las tecnologías que se ocupan en la gran minería, en general, vienen dadas cuando la mina ya entró en operación. Parar una mina y probar nuevas tecnologías es muy difícil. Entonces, lo que se proyectó fue a 10 o 15 años, cuando entren en operación nuevos yacimientos. La idea es que, asociado al diseño de esos yacimientos, tengamos un programa ambicioso de investigación y desarrollo que permita generar nuevos proveedores y tecnologías desde capacidades nacionales. Para poder fortalecer esa opción es que se inscribe también el aumento de investigadores de excelencia que van a estar asociados al desarrollo de la industria minera. Eso es muy importante, porque genera capacidades más potentes para desarrollar investigación.
- Estas capacidades estarán unidas en su desarrollo por una definición que va a establecer el Consejo Público y Privado, en el que van a participar también las mineras, respecto de los desafíos que el país enfrenta tanto en materia de exploración, explotación y medioambientales. No hay ninguna posibilidad de que la minería pueda prosperar si es que no desarrolla mejores capacidades medioambientales. La pregunta es de dónde sacarlas, si es que se hacen en Chile o se importan. Y lo que queremos es que se hagan en Chile.
- Este es un proceso que ha estado marcado también por tipos de prácticas que fueron realizadas por distintos actores que fueron generando estos espacios de desconfianza. Lo que es relevante es que las propias compañías mineras establecen que quieren hacer las cosas bien. Buscamos establecer nuevos tipos de relaciones con proveedores y comunidades indígenas, con estándares que hoy no tenemos y que sean de clase mundial. Y esto tiene una explicación y que, básicamente, si no generamos espacios de construcción común, se pone en riesgo la actividad minera, lo que es una pérdida para todos.
- Sí, absolutamente. De hecho se ve todos los días. Es cosa de apreciar las dificultades que existen para desarrollar las actividades mineras producto de las comunidades que se ven ajenas, desafíos medioambientales enormes, en términos de qué hacer con relaves, por ejemplo. Si eso no se soluciona, habrá crecientes problemas para poner en operación un yacimiento. Para Chile eso es un riesgo enorme. Necesitamos compatibilizar el crecimiento de la minería con la protección del medioambiente, la relación con las comunidades y la necesidad de que la industria puede ser una plataforma que va más allá de la extracción. De esto se dan cuenta las propias mineras y las comunidades indígenas, que saben que si no hay industria no habrá beneficios.
- Constituir ese consejo es clave, porque debería primero monitorear el avance de la agenda. Luego tendría que constituirse como un espacio que pueda procesar diferencias y que ofrezca garantías a la realización de determinados estudios que puedan arrojar antecedentes efectivos en cuanto a materias medioambientales y en relacionamiento con la comunidad. Este consejo podría tomar este tipo de temas. La composición será con mineras, representantes de las ONG medioambientales, de comunidades indígenas, municipios, la ciencia, proveedores y el sector público.
- Si uno toma las cifras y compara la cantidad de investigadores que tiene Chile respecto de otros países mineros, como Australia o Canadá, tenemos una ínfima cantidad dedicada al tema. La relación es de 1 a 20, brutalmente inferior. No puede ser que el principal exportador de cobre del mundo no tenga capacidad de investigación compatible con el rol que juega en eso. Si queremos construir una economía sofisticada en relación a la minería, tenemos que tener mayor investigación. Es demasiado poco lo que hacemos en esta materia. Y esto permite generar un incremento en el nivel de investigación y ciencia en el país.
- Para cubrir la cantidad de investigadores que se plantea la comisión, creo que tendremos que traer investigadores extranjeros en un primer momento. Lo cual no es malo. Y vamos a tener que ir incrementando esto, porque nuestra aspiración es que en el mediano plazo podamos llegar a mil investigadores de alto nivel en esta área. Cuando uno habla de esa cantidad tenemos que también hay investigadores asistentes y equipamiento, con una inversión mayúscula. Obviamente los centros universitarios van a ser uno de los motores fundamentales para esto. No hay otro.