Buena postura en infancia evita lesiones en adultez
Frases como 'siéntese derecho' o 'no arrastre los pies cuando camine' han marcado la infancia de muchos quienes han recibido estas recomendaciones de adultos que buscan evitar vicios posturales a medida que van pasando los años.
Pilar Fajardo, directora de la escuela de Kinesiología de la Universidad Santo Tomás Concepción, explica que la postura corporal es definida como la alineación vertical de nuestro cuerpo respecto a la línea de gravedad. "Está, además, influenciada por factores que son propios de cada persona como su etapa de desarrollo, la fortaleza de su musculatura, el crecimiento óseo e incluso la calidad de la alimentación y factores hereditarios".
A esta condición es necesario sumar aquellos aspectos que inciden en una buena o mala postura y que son ambientales, entre los que se encuentran la calidad de mobiliario que se utiliza o los modelos posturales que se observan.
Frente a ambos factores se pueden generar cambios y promover una buena postura. Lo más importante es hacerlo a temprana edad, idealmente antes que culmine el proceso de desarrollo y crecimiento del niño, pues una vez finalizado, las alteraciones posturales son más difíciles de corregir.
OBSERVAR
La detección temprana de estos vicios es responsabilidad de los padres en primera instancia, afirma la kinesióloga, seguida de los profesionales de la salud, sobre todo del pediatra o de quien esté a cargo de sus controles de 'niño sano' y, finalmente, de los profesores, cuando ya están en edad escolar. "Esta responsabilidad pasa por observar, alertar y generar acciones remediales antes que se defina el esquema postural adulto".
En los infantes, que están adquiriendo la habilidad de ponerse de pie, es esperable ver los pies planos contra el suelo. Esto es normal aclara, pues se trata de una posición que les genera equilibrio y seguridad en la marcha, lo que también ocurre con las rodillas que tienden a juntarse. "Hasta los cuatro años podemos estar tranquilos y considerarlo como parte del desarrollo, luego de esta etapa el pie debiera mostrar un arco plantar y la alineación de las piernas. Si observa algo diferente, entonces es recomendable recurrir a un especialista para que revise y asigne un tratamiento en caso de ser necesario".
La académica dice además que durante la edad escolar se deberían fomentar conductas de autocorrección, por ejemplo trabajando frente al espejo o enseñándoles a sentarse y pararse correctamente. "Los niños pasan una buena parte de la jornada sentados, en clases o haciendo tareas; por lo tanto debemos procurar que estos muebles sean adecuados para su estatura. La silla debe tener un buen respaldo y el antebrazo debe quedar bien ubicado sobre la mesa o escritorio", concluye.