Cómplice
-¡Señora, es el tercer yogurt que se toma su niño!
-¿No leyó el envase?..."Consumir antes del 16, del 10, del 14".
-¡Señora, es el tercer yogurt que se toma su niño!
-¿No leyó el envase?..."Consumir antes del 16, del 10, del 14".
La semana pasada, a través de estas páginas se dio a conocer una encuesta en la cual se señalaba la falta de liderazgos en la zona. Al respecto, el liderazgo comprende la capacidad de convocar a través de las ideas a un determinado grupo de personas, las cuales por medio de un proyecto colectivo piensa-proyecta el futuro de una ciudad, región o país.
El liderazgo destaca por la voluntad de articular distintas visiones por medio del debate y trabajo mancomunado que logra movilizar a importantes sectores de la población tras un programa y proyecto de cambios. El liderazgo (líder) coloca su capital personal, cultural y político al servicio de los otros y no se sirve o instrumentaliza los apoyos.
La antítesis es el personalismo político, donde la institucionalidad (léase movimiento, partido, ministerio, intendencia, municipio) se coloca al servicio (plataforma) de una persona y grupo de colaboradores. El personalismo político tiene un discurso de "redención social", sin embargo, su objetivo es su propio proyecto político (convertirse en autoridad regional, diputado/a, senador/a y hasta Presidente). El personalismo político tiene prácticas caracterizadas por su figuración mediática y autorreferencia. Puestas en escena a través de (eventuales) debates acalorados y "polémicos", pero en el fondo es solo entretención y espectáculo. El personalismo político "uniforma" las prácticas políticas, sus adherentes utilizan las mismas vestimentas (parcas/casacas del mismo tono) y sus colaboradores hablan, mejor dicho repiten las mismas frases, expresiones o lugares comunes.
El personalismo político se (re)viste de líder para hacer creer que tiene una mirada de ciudad, región o Estado y que sus preocupaciones tienen como objetivo el bien común; sin embargo, su interés primordial es su proyecto personal, incluso familiar.
El personalismo político privilegia las fotos con la señora Juanita, desayunar con los pobladores, convertirse en padrino/madrina de algún club de deportivo. En invierno, se empapa y mete al barro para "sensibilizar" con los vecinos caídos en desgracia. Regala canastas familiares o alguna otra dádiva. En momentos de campaña, recorre las comunas o barrios al son de las batucadas prometiendo soluciones inmediatas para los "problemas reales". Da conferencias de prensa, rodeados de simpatizantes que en un acto de genuflexión mueven la cabeza asintiendo lo que expresa su líder. Asimismo, interpela a las autoridades políticas de turno, exigiendo soluciones. Ve al ciudadano como un voto/sufragio y no como uno igual entre sus pares.
En consecuencia, no nos confundamos, una cosa son los liderazgo (hoy carentes) y otra muy distinta el personalismo político (que abunda).
Los resultados de la prueba Simce de Escritura han causado polémica y han llamado la atención. Se trata de un instrumento formal para medir la calidad de la enseñanza de sexto básico, enfocado en este caso a la capacidad escolar de elaboración de textos.
El control aplicado en octubre de 2013 a más de 213 estudiantes del país, arrojó un promedio nacional 50 puntos, de un total de 100, donde la Región de Aysén aparece como la mejor, con 52 puntos, y a la de Tarapacá como la peor, con 49. La Región del Bío Bío, estuvo dentro del promedio de 50.
Sin embargo, al comparar los resultados por grupo socioeconómico, existe a nivel nacional una brecha de 10 puntos a favor de los estudiantes del grupo alto.
Dificultades a la hora de expresar una opinión, deficiencias en la puntuación y escasez de vocabulario son algunas de las conclusiones. La mayoría de los niños y niñas en sexto básico logra elaborar un texto según los datos que se le entregan, pero no redacta satisfactoriamente argumentos y menos aún opiniones. También tienen problemas con la coherencia y cohesión de sus escritos, además de bajo manejo de los signos de puntuación.
Por supuesto que esto resulta complejo, pues lo que en el fondo evidencia es que son niños con problemas para comunicar sus ideas. Estadísticas anteriores habían representado la baja capacidad de comprensión lectora general, por lo que estamos frente a un escenario que es preciso mirar más ampliamente en el contexto nacional, ya que nuestra población lee mal, escribe dificultosamente y se le hace difícil comprender y retener ideas. En consecuencia, esas personas no serán capaces de captar, por ejemplo, las instrucciones que se les den, campañas de beneficios sociales, defender sus derechos o exponer sus propuestas en espacios de participación ciudadana.
Más del 47% de los estudiantes evaluados hacen un muy bajo desarrollo de ideas y poco uso de vocabulario en los textos que escriben. Pero no se trata solo de estadísticas. Es necesario reforzar la enseñanza de la lectura y escritura desde temprana edad. Se requiere mayor práctica pedagógica de la escritura, porque la habilidad de escribir no se desarrolla sólo con la habilidad de lectura. Hay un desafío para todo tipo de colegios, porque las deficiencias son transversales.