Conciencia de género
Una buena mujer vale tanto como un buen hombre. Una mujer inteligente vale tanto como un hombre inteligente. Son verdades simples. La existencia de un Ministerio de la Mujer, en nuestro país, es interesante porque hay muchos temas en el tapete que no son de fácil resolución, aunque sean simples verdades. Y para ello se necesitan políticas públicas, trabajo incansable, culturizar, cambiar paradigmas.
Las mujeres son víctimas de la violencia física y sicológica en el hogar. Hay estudios y cifras elocuentes. Algunas mueren en manos de sus parejas, hombres que alguna vez prometieron amarlas y protegerlas. Hay campañas en distintos tonos, que a los agresores les suena a lluvia. No les importa. Se acostumbraron a que la mujer es de su propiedad y en tanto eso es así creen poder hacer con ella lo que quieren. Es la sociedad patriarcal, que no cede, donde es el hombre quien ostenta el poder en todos los ámbitos. Las mujeres ganan menos que los hombres, incluso a igual trabajo, pero hay algo más central acceden muchos menos al trabajo remunerado fuera de casa. Constituyen un 48.5% de la fuerza de trabajo En los países de la Ocde, con los cuales nos comparamos siempre ese porcentaje fue ampliamente superado, es el 63.8%, lo mismo en América Latina donde alcanza al 52.7%.
Las mujeres tienen que tener libertad para definir la anticoncepción que quieren usar, el aborto no puede estar penalizado como sucede ahora, recayendo el castigo en la mujer. El aborto terapéutico tiene que ser una realidad en casos específicos, no como método de control de la natalidad, por supuesto.
Tenemos Presidenta de la República, presidenta del Senado, ministra del Trabajo, alcaldesa de Santiago, y presidenta (por vez primera) de la CUT. El Colegio de Periodistas, a tono, eligió recién una presidenta nacional. Más temprano que tarde una mujer presidirá la Corte Suprema de Justicia. Y alguna llegará a Comandante en Jefe de las FF.AA. No está mal. Hay otras mujeres en cargos importantes del aparato del Estado, muy pocas en los directorios de las grandes empresas. Hay avances y un cambio cultural notorio. Hay más conciencia. No creo que nadie repita ya aquella manida frasecita que 'Chile no está preparado para ser gobernado por una mujer'. Todos los países lo están. Ellas lo pueden hacer bien o mal, igual que los hombres gobernantes. Faltan mujeres en el Congreso Nacional. Siguen habiendo porcentajes muy bajo. Hay una senadora más que en la anterior legislatura. Si hubiera más mujeres diputadas, por ejemplo, seguro habrían hecho ver su opinión para decir que no se podía construir una cafetería a todo trapo, con sillas cada una a un valor superior al sueldo mínimo. Las mujeres, en general, son más sensatas y piensan más en otros que en sí mismas. Las mujeres humanizan los lugares donde interactúan. La reforma política en curso que termina con el binominal, contiene un acápite interesante respecto a incentivar la participación política de la mujer.
Hay que continuar en el trabajo de insistir en el valor de las mujeres, en el aporte que todas y cada una, por pequeño que sea hacemos en la construcción de la sociedad, ocupando por ejemplo un lugar central en la casa, en el diseño y gestión de ese pequeño mundo. Que, por cierto, debiera ser compartido por el hombre. En las parejas jóvenes eso ya se observa y es auspicioso.