La presidenta de Argentina, Cristina Fernández, visitó ayer al Papa Francisco en el Vaticano, donde dijo que durante el almuerzo conversaron sobre el sistema financiero global y la economía argentina.
La mandataria llegó en la mañana a la residencia Santa Marta
Fernández y el Santo Padre, quienes se han reunido en varias oportunidades desde que Francisco fue elegido Papa, tuvieron tensas relaciones cuando él era arzobispo de Buenos Aires y solían discutir sobre las políticas sociales del Gobierno.
Pero Cristina Fernández publicó el sábado una fotografía en Facebook en la que aparece junto al Sumo Pontífice frente a una imagen de la fallecida primera dama Eva Perón.
Desde su elección en marzo del 2013, el Papa no ha regresado a su país, que está lidiando con una recesión y las consecuencias de su segunda cesación de pagos.
La Presidenta dijo a periodistas que ella y el líder de los 1.200 millones de fieles de la Iglesia Católica Apostólica Romana en el mundo discutieron acerca de la votación del 9 de septiembre de la Asamblea General de Naciones Unidas para crear un marco legal para las reestructuraciones de deuda soberana, motivada por la crisis de deuda de Argentina.
'Hablamos sobre todas esas cosas y él pareció muy contento de que Naciones Unidas tomara esta decisión', comentó en el Aeropuerto Ciampino de Roma después de la reunión.
La Presidenta le obsequió al Pontífice cuadros de pintores argentinos y miel de productores chaqueños. Asimismo, le mostró obras de orfebrería que le habían dedicado a ella pero decidió llevárselas al Papa, a quien, en tono cómplice, le contó: 'Le cambié la chapita, decía 'para Cristina''.
Fernández regaló a Francisco una gran copia de 'María, la que Desata los Nudos', una pintura alemana de la madre de Jesús desenredando un tramo de cordel rodeada de querubines.
La pintura, que el sacerdote Jorge Mario Bergoglio descubrió cuando estudiaba en Alemania, es una de sus representaciones favoritas de María.
Éste sería el único encuentro oficial de Fernández con el Papa en Roma y se interpreta como un espaldarazo de Francisco a la Presidenta en víspera de su viaje a Nueva York para participar de la Asamblea General de las Naciones Unidas en medio del conflicto por los fondos buitres.