El objetivo es claro: purificar el agua, eliminando el arsénico, boro, manganeso y níquel. Esto fue lo que se planteó el equipo de biotecnología aplicada de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Católica de la Santísima Concepción (Ucsc), liderado por el docente Víctor Faúndez.
El proyecto fue pensado en base a que existen cuerpos de agua que están contaminados con metales pesados y algunos otros elementos químicos, sobre todo en el norte del país. Incluso, se ha detectado que en la mayoría de los casos donde hay grandes concentraciones de estas sustancias, éstas superan la norma establecida (D.S 90).
Por ello, este equipo investigador de la Ucsc decidió ahondar en esta materia.
La investigación podría ir en directo beneficio de los habitantes del norte de Chile, lugar donde el agua potable se caracteriza por sus altas concentraciones de boro y arsénico.
Según el académico Víctor Faúndez, hacer el agua potable o apta para el riego de hortalizas o huertas, para potenciar el tema de cultivo en las cuencas hidrográficas de Arica, Iquique, Parinacota, es también parte de los objetivos.
'Nosotros hemos conversado con algunas personas de Essbio, en particular Biodiversa, para ver si es posible que esto pudiese ser utilizado en la Región', mencionó el docente Ucsc.
La idea es crear un filtro en base a residuos de alga o elementos que se puedan encontrar en las macroalgas que están presentes en las costas chilenas, para eliminar los metales.
La propuesta apunta a utilizar la biomasa de las algas para remover los metales del agua a un costo bajísimo.
La primera etapa de la investigación, que corresponde a un periodo de seis meses, cuenta con el respaldo de InnovaChile a través de su Programa I+D Aplicada, por medio del cual se adjudicaron $7,5 millones para el primer proceso, que definirá cuál es el alga presente en la Región del Bío Bío que resulta más idónea para la estructura del 'biofiltro'.
'Lo más importante es que nosotros queremos sacar biomoléculas del alga, es decir, metabolismos secundarios, o el alga completa, pero no como alga, sino más bien como harina para hacer este filtro, que estaría dentro de una caja negra, donde pasará el agua contaminada por una parte y saldrá descontaminada o poco contaminada por otra parte, logrando de este modo, que esa agua altamente contaminada por boro, níquel y manganeso, pueda ser retirada y se pueda usar el agua para regadío o como bebestible', contó el especialista.
En este momento, el grupo de investigadores está evaluando qué tipo de alga logrará remover de mejor manera los contaminantes, corroborando si son capaces de alcanzar una buena eficiencia en la eliminación de los metales.
Víctor Faúndez comentó que a la fecha, algas como Gracilaria sp. y Ulva sp. son las especies chilenas que ya han demostrado capacidad de absorción frente al Níquel.
También están analizando qué otros descontaminantes en forma natural están absorbiendo los metales.
En cuanto a la eficacia en la remoción, la propuesta varía en un rango de entre 30% y 91%, lo que es específico para cada metal y depende de ciertas algas.
Según comentaron los investigadores, no existe una sola especie que presente la misma eficiencia para los cuatro metales investigados.
Por ello, prontamente enviarán muestras de las algas escogidas a la Universidad de Tarapacá, con quienes están trabajando para llevar a cabo este proyecto, a fin de que ellos también las analicen.
'El fundamento del método propuesto se basa en la retención del metal, mediante una interacción físico-química de éste con la pared celular o biopolímero proveniente del alga, en un proceso llamado biosorción', dijo Faúndez.
El filtro estaría operativo en unos 3 años más. En esa fecha quizás el prototipo se podría utilizar incluso, a nivel industrial
se adjudicaron para el primer proceso de la investigación, que corresponde a la identificación del tipo de alga que
El fundamento del método propuesto se basa en la retención del metal, mediante una interacción físico-química de éste
Víctor Faúndez