El rey Juan Carlos vivió el último de los días de sus 39 años de reinado en España: el monarca de 76 años sancionó su última ley, la de su propia abdicación, en una corta y sobria ceremonia en el Palacio Real de Madrid.
En el Palacio Real de Madrid Juan Carlos de Borbón rubricó esa ley aprobada por las dos cámaras parlamentarias y en presencia de las principales autoridades del Estado, así como por el príncipe Felipe, futuro monarca.
La firma de Juan Carlos I fue refrendada por la del presidente del gobierno, Mariano Rajoy, y a continuación el monarca se fundió en un abrazo con su hijo. El centenar y medio de invitados prorrumpió en un fuerte aplauso, que Juan Carlos de Borbón recibió con gesto emocionado.
Tras la firma, el rey cedió al príncipe de Asturias su sitio en la presidencia de la ceremonia de su abdicación, como símbolo del traspaso en la Corona de España.
Las dos hijas de Felipe de Borbón y Letizia, Leonor y Sofía, se acercaron a sus abuelos para darles un beso, y la ceremonia finalizó con el himno nacional.
No habrá discursos ante los 170 invitados institucionales, aunque se esperan gestos hacia su hijo Felipe, de 46 años, que con la entrada en vigor de la ley en la medianoche se convertirá en el nuevo rey de España y como tal será proclamado este jueves en el Congreso de los Diputados.
Al nuevo rey se le vio relajado con la prensa, con la que bromeó sobre el discurso en la cámara baja del Parlamento. '¿Alguna idea?', preguntó a los periodistas al llegar al acto en Madrid, el último que presidió como príncipe de Asturias.
Ese discurso genera gran expectación en una España en la que el desapego ciudadano se extiende a todas las instituciones y en la que la crisis económica ha abierto también una crisis política agudizada con tensiones territoriales como el reto independentista en Cataluña.
En Madrid estaba ya todo preparado para la proclamación de hoy de Felipe VI, que tras la ceremonia y acompañado por la reina Letizia recorrerá el centro de Madrid en un Rolls Royce para celebrar con los españoles su llegada al trono. Luego ofrecerán en el Palacio Real una recepción a 2.000 representantes de la sociedad.
Unos 5.000 agentes de policía se han desplegado en Madrid, entre ellos 120 francotiradores situados ya con armas largas de precisión en los tejados de lugares sensibles como el Congreso de los Diputados y el Palacio Real. El espacio aéreo de la ciudad quedará cerrado hoy mientras duren los actos.
Según informó el diario El País, el gobierno de Mariano Rajoy tramitará de forma urgente el viernes el aforamiento de Juan Carlos, esto es, el privilegio de responder ante el Tribunal Supremo y no ante un juzgado ordinario si tiene que rendir cuentas a la justicia, un tema que ha despertado amplia controversia.
Como rey, durante sus 39 años de reinado ha gozado de inviolabilidad porque así lo establece la Constitución. Es decir, no podía ser investigado ni imputado por ningún tribunal .Al dejar el trono, pierde ese blindaje, aunque sin carácter retroactivo.
En Madrid está todo
mil personas,