El miércoles, el Tribunal de Juicio Oral de Angol absolvió por segunda vez a Daniel Melinao, el werkén de la comunidad Wente Winkul Mapu de Ercilla, sindicado por el Ministerio Público como coautor del asesinato del sargento de Carabineros Hugo Albornoz, el 2 de abril de 2012.
Ese día la esposa del fallecido policía, la cabo Marcela Fernández, no asistió a la lectura del veredicto, porque, según dijo a Emol, 'sabía que no iba a encontrar justicia'. Y con pesar señala: 'En mi país, asesinar a un carabinero se toma como algo normal'.
Desde que ocurrió el homicidio del sargento, su viuda no ha querido -hasta ahora- relatar su experiencia como víctima secundaria de este delito, porque 'no es fácil, recordar todo el sufrimiento y más cuando ha sido tan difícil encontrar la justicia. Quiero ser feliz y entregarme por completo a mis hijos, que son mi fuerza. Quiero que ellos no queden pegados en este momento. Quiero salir adelante, pero para eso necesariamente debo tener justicia'.
'A las 11:20 horas yo estaba trabajando. Me informaron que mi marido se encontraba lesionado y que me trasladarían a Angol para verlo. Estaba tranquila porque siempre usaba sus implementos de seguridad. Pero con el correr de los minutos, alguien me dijo que mi marido estaba luchando por vivir y recién ahí pude entender que se trataba de algo grave'.
Después de que su marido fue trasladado hasta el Hospital de Temuco le informaron que si sobrevivía quedaría con serias secuelas neurológicas a raíz del balazo en el cuello que recibió.
'Cuando entré a ver a mi marido de forma inmediata me di cuenta que estaba muy mal. Me acerqué y le dije al oído 'nuestros hijos nos están esperando' y él hizo un pequeño movimiento con su cabeza. Se inclinó. En ese momento se acercó un sacerdote para darle la extremaunción'.
A las 20:20 horas, una enfermera les avisó que el funcionario policial había fallecido.
'¿Cómo logro entender y asimilar esta nueva realidad? ¿Cómo enfrento a mis hijos y les digo 'el papá murió'? Él era un padre muy presente. Más tarde compramos la urna para velarlo y después regresé a mi hogar con una realidad completamente diferente a la que tenía cuando salí en la mañana'.
'Ha sido un proceso muy fuerte. Reinventarse como familia no es fácil y menos ante una pérdida tan repentina. Es complicado, más aún, que mis hijos me vean derrotada o triste o con rabia, con pena. No puedo. Yo quiero que ellos cuando grande sean personas de bien, tal cual lo tenía programado mi marido'.
La cabo Marcela Fernández asistió a todas las audiencias de los dos juicios llevados a cabo contra Daniel Melinao en el Tribunal Oral de Angol y acusa a los magistrados de estar 'desconcentrados' a la hora de revisar las pruebas presentadas contra el vocero de la comunidad.
'Sabía cuál era el final. No iba a encontrar justicia, por eso no concurrí el día del fallo. Pero igual quise hacer uso de mi derecho, como víctima, de ser oída por el tribunal, dos días antes del veredicto. Tenía la necesidad de que el tribunal me escuchara y en definitiva decirles en su cara a los jueces, lo que yo vi en el juicio: su poca concentración, su nulo interés, su poca disposición. Hasta creo que los jueces pensaban y hacían cualquier cosa menos tratar de entender la dinámica de lo que sucedió ese día, en que asesinaron a mi marido'.
En contraste asegura que el ex fiscal Luis Chamorro -que llevó adelante la causa contra Melinao y que renunció tras recibir amenazas hacia su familia-, realizó una buena labor y que la absolución del imputado 'no pasa porque su trabajo haya sido mal realizado'.
'Con lo que se vive en esta zona, yo creo que todos sienten una cuota de inseguridad. Pero sí me da mucho temor que otra familia pase por lo que estoy pasando yo y más aún, cuando no hay justicia, para un asesinato cobarde, cruel y celebrado. Creo que en mi país, asesinar a un carabinero se toma como normal. Se humilla, se escupe, se golpea, se quema, se menoscaba a un carabinero, porque viste un uniforme. Pero detrás hay un padre, una madre, un hijo, que lo mínimo que merece es ser respetado'.
'Qué más podía esperar yo de la Justicia. Me tendré que conformar como la mayoría de las víctimas, con la justicia divina. Esa no falla y tampoco es sorda ni ciega.'