El Papa Francisco ve una 'puerta abierta' en la cuestión de la reforma del celibato sacerdotal en la Iglesia Católica, una percepción que comunicó con naturalidad a la prensa a su regreso de Tierra Santa.
En el ambiente casi informal del pasillo de un avión, con decenas de periodistas que regresaban con él de un viaje histórico de tres días a la cuna del cristianismo, hizo una mención breve pero significativa.
'La Iglesia Católica tiene curas casados. Católicos griegos, católicos coptos... hay en el rito oriental', recordó el Papa al ser consultado por lo que piensa de la práctica del celibato sacerdotal en la Iglesia occidental.
Y ello 'porque no se debate sobre un dogma, sino sobre una regla de vida que yo aprecio mucho y que es un don para la Iglesia', admitió Bergoglio.
La frase clave que permite conocer lo que piensa el Papa argentino llegó después, cuando recordó que 'al no ser un dogma de fe, siempre está la puerta abierta'.
Esta posibilidad de diálogo sobre este tema llega después de que un grupo de mujeres lo abordara de nuevo en una reciente carta enviada al Pontífice, a quien pidieron su intervención.
Fueron 26 las mujeres que firmaron una carta al Papa Francisco para solicitarle una revisión de la disciplina del celibato, ya que han vivido o viven una relación sentimental con un sacerdote y querrían hacerlo sin ocultarse.
'Somos un grupo de mujeres que escribe para romper el muro del silencio y de la indiferencia con el que nos topamos cada día. Cada una de nosotras mantiene, ha mantenido o querría mantener una relación sentimental con un sacerdote', afirmaron esas mujeres en una misiva que hasta ahora no había tenido respuesta pública del Vaticano.
'El servicio a Jesús y a la comunidad sería desempeñado con mayor fuerza por un sacerdote que conjuga su sacerdocio con la vida conyugal', agregaban.