Aprovechar ventajas, demostrar que muchos prejuicios no son válidos y atreverse a emprender, son algunos desafíos que deben tener en cuenta quienes evalúan su futuro a esta edad.
La experiencia es un valioso elemento que para los trabajadores que superan la barrera de los 50 años puede ser un factor clave al momento de enfrenarse con aquellos más jóvenes. Sin embargo, el desconocimiento de las propias habilidades puede jugar en contra, al no permitir aprovechar estas ventajas comparativas.
Así lo sostuvo la directora de la carrera de Administración de Recursos Humanos (Programa Ejecutivo Vespertino) de Duoc UC Concepción, Jeannette Fuentes, quien afirmó que "actualmente existe un porcentaje muy bajo de requerimiento de trabajo orientados para personas mayores de 50 años, quienes además deben lidiar constantemente con diversos prejuicios".
Sobre dicho tema, el sitio de trabajos Laborum.com, reveló que sólo el 8% de sus solicitudes están orientadas para este grupo etario.
"Aún hay muchos factores que se deben considerar al interior de las organizaciones. Deben existir políticas públicas que fomenten a las empresas la incorporación de personas mayores de cincuenta años", aseveró la docente. En este aspecto sería necesario, entonces, que las empresas puedan ser capaces de desarrollar equipos que estén integrados por personas de diferentes edades, con lo que se permitiría potenciar de mejor manera las habilidades y actitudes de cada uno de ellos.
DERRIBAR PREJUICIOS
Entonces, ¿qué es lo que, quienes llegan a las cinco décadas, tienen para ofrecer? (Ver recuadro). Fuentes aseguró que primero es necesario ser capaces de reconocer los aspectos en los que se está en desventaja. Se trata, principalmente, de tres puntos, que son considerados dentro de las empresas respecto de los trabajadores de mayor edad, pero que necesitan ser analizados para encontrar un punto de equilibrio.
Uno de ellos es que son más resistentes al cambio y lentos en temas tecnológicos. Sin embargo, la docente apuntó que esto no es exclusivo de este grupo etario, sino que "a cualquier edad se puede presentar este problema, ya que es más bien un tema de actitud y responsabilidad de la empresa de incorporarlo adecuadamente".
Otro de los prejuicios es que, a los 50 años, son menos dinámicos y tienen excesivos problemas de salud. "Esto no es exclusivo de los mayores, se puede corroborar con los registros internos de las empresas", planteó la experta.
El tercer problema detectado es que a esta edad los trabajadores no tienen muchos años de productividad permanente antes de que se jubilen. No obstante, Jeannette Fuentes fue enfática al manifestar que hoy, tanto hombres como mujeres, no están pensando en dejar de trabajar a los 65 y 60 años según corresponda, "por el contrario, ya que nuestra esperanza de vida se ha incrementado en los últimos años, por lo que no evalúan permanecer veinte años -o más- sin hacer nada, cuando se han acostumbrado a mantener activos durante muchos años".
NO ES TARDE
La realización profesional y la vida personal y familiar son dos aspectos que, luego de pasar la barrera de los 50 años, comienzan a verse enfrentados. Por lo que en muchos casos se produce un cuestionamiento sobre la labor que se está cumpliendo.
El presidente ejecutivo de la consultora IT Hunter, Benjamín Toselli, sostuvo que un profesional o ejecutivo de esa edad debe ser mirado como un verdadero aporte en las organizaciones, ya que "no hay que olvidar que las canas o 'heridas de guerra