"No voy a caer en errores tan infantiles como favorecer a un solo sector"
El nuevo líder del Bío Bío asegura que el Gobierno Regional contará con representantes de toda la Nueva Mayoría.
Rodrigo Díaz está tranquilo en su nuevo rol como intendente del Bío Bío, el que asumirá a partir de hoy y luego de una simbólica ceremonia con Víctor Lobos. Esta consistirá en la firma del documento formal que dicta el traspaso de mando y en acompañar a Lobos hasta la puerta del Gobierno Regional. El gesto es, para él, una formar de honrar "el ejercicio de la soberanía popular".
Rodrigo Díaz también está contento: "Llevo 3 años viajando y estoy feliz de dormir en mi casa", dice con una sonrisa. Aunque además de este nuevo rol, "no tengo ninguna aspiración personal distinta, no aspiro a ningún cargo de representación popular. No tengo agenda propia", aclara. La única aspiración legítima podría ser la de su pequeña hija Amparo, de cinco años, que a toda costa desea conocer a Michelle Bachelet.
Sus dos hijos mayores tuvieron la oportunidad de encontrarse con el ex mandatario Ricardo Lagos durante sus días como gobernador.
Su nominación lo llevó a dejar un exitoso proyecto personal para aceptar el desafío de la ex mandataria. Los días se vienen difíciles, sobre todo a nivel familiar y ni qué hablar en el ámbito político. Pero, espera poder estar ahí hasta que las velas no ardan, o hasta contar con la confianza de Michelle Bachelet.
"Cuando la Presidenta a uno lo invita, es para formar parte de una expectativa de trabajo a cuatro años. Eso obliga a estar a la altura de las circunstancias, que uno sepa construir estrategias, que sea correcto en el uso de recursos públicos, que tenga destreza política. Pero, la invitación de la Presidenta es a 4 años. Si uno está a la altura de las circunstancias, está la posibilidad de que se vaya renovando el voto de confianza", expresa.
-Al Presidente Piñera lo apoyó menos gente al final. No sólo tuvieron una derrota, sino que muchos adherentes terminaron siendo extremadamente críticos, como Ossandón o Allamand. En la Nueva Mayoría somos una etapa superior a la Concertación. Ésta, cuando pierde el gobierno, lo hace producto de su desgaste. Su incorporación y acuerdo con el PC, con el MAS e Izquierda Ciudadana, nos permite ofrecer un programa que cumple con las necesidades del Chile actual.
-Para poder aplicarlo es necesario que los partidos que conformamos el pacto Nueva Mayoría dialoguemos, tengamos generosidad, cultura de equipo. A veces en la Alianza dicen que trabajamos por cuoteo político, y no entienden que es lo mismo que ellos aplican en el mundo de las empresas. Trabajo de equipo, miradas que se integren. Eso es lo que vamos a hacer dentro del pacto.
-Diciendo la verdad siempre. La transparencia es un gran valor. Nuestro compromiso es lo que planteamos. Tenemos compromisos que tenemos que honrar. Que cumplamos lo que decimos. Así se prestigia.
-Absolutamente. El MAS y todos los partidos que forman parte de la coalición van a formar parte. Y por de pronto le puedo decir que dentro de la Intendencia y Gobierno Regional, para predicar con el ejemplo, habrá integrantes de los 7 partidos.
-No. Creo que hay que ser muy preciso. No es que los partidos en sí mismos estarán participando, sino personas que adscriben a distintos pensamientos. Sería incorrecto que una determinada repartición fuera monocolor.
-Es sana la diversidad, porque todos se sienten parte de un proyecto común. Si estamos con Michelle Bachelet, con un Chile para todos, y queremos generar diálogo e invitar a todos, malamente vamos a poder convocar a todo el mundo si es que en el equipo íntimo estamos divididos.
-Esos son todos casos cerrados, y quienes han sido seleccionadas son personas de primer nivel. A quién le cabe duda en el país que Gabriel Gaspar es un profesional con experiencia. Tenemos cuadros. Una diferencia que tenemos con la Alianza es que tenemos muchos cuadros y con disponibilidad inmediata.
-Una característica de los nuevos tiempos de este Chile que cambió es que todo es público, hay transparencia y en buena hora todo lo sea. Uno de los desafíos es profundizar la democracia. Los avances tecnológicos y niveles de mayor formación hacen exigible estándares muy superiores a las autoridades. Tenemos que aprender a autorregularnos. Porque hay ámbitos donde uno debe saber dónde discutir, y hay cosas que separan la vida pública y personal. Eso va a ser propio de una sociedad que administra este nuevo conocimiento con el ejercicio de la democracia.
-Más que estar bajo una lupa pública, mi preocupación toca los aspectos familiares. Tenemos una decisión con mi señora de mantener un muy bajo perfil. Soy un papá que trabaja hoy en un puesto, que se llama intendente. Va a ir a su trabajo, es de una enorme responsabilidad que hay que asumirla con todo el coraje y rigor profesional, pero nuestra vida seguirá siendo la de la familia Díaz-Cárdenas.
-No lo veo tan complejo. En buenahora hay elección de consejeros, y en un tiempo más habrá de intendentes. Y, a mí me parece muy bueno que sea la ciudadanía la que elija sus autoridades. Hay que ser demócrata hasta que duela. Y eso es parte de la legitimidad que reclaman las regiones para que sus autoridades puedan plantear con mayor fuerza sus aspiraciones. No vamos a tener problemas, mientras se mantenga la ley vigente, trabajaremos de acuerdo a la legalidad, y si cambia, la cumpliremos y cada cual cumplirá su rol. No veo ninguna dificultad en trabajar con gente electa democráticamente. Solo veo ventajas.
-Cuando dejé el cargo de gobernador, había unos pescadores y tres o cuatro dirigentes decían "lo vamos a echar de menos porque nos escuchaba". Yo era una autoridad designada. Ser designado no implica no escuchar y no representar con cariño, con respeto y de la forma mas fidedigna posible los intereses de la Región ante la Presidenta. No soy una persona que venga a imponer situaciones absolutas. Representar a Michelle Bachelet es mi función, pero también mi función es escuchar lo que dice nuestra sociedad, llevar los planteamientos en las cosas que no puedan ser resueltas, y construir las soluciones.
-Ninguno. Eso de que tenemos divergencias es tan mito... Claro, en algunas cosas hemos votado diferente, él por Claudio Orrego y yo por Ximena Rincón. Ambos votamos en otra ocasión por Ignacio Walker. Creo que tiene mucho más de mito urbano que de otra cosa. Con Álvaro nos conocemos hace tantos años, era el hermano menor de un gran amigo mío, José Miguel Ortiz. Lo único de lo que me arrepiento en nuestra relación es de no votar por él para alcalde cuando quedó vacante el cargo. Pensé que yo podía representarlo mejor y cometí un profundo error.
-No. Estoy trabajando con la Nueva Mayoría, un grupo pequeño de personas que han decidido apoyarme.
-Tengo tan presente que la responsabilidad es cautelar la vida del pacto político de la Nueva Mayoría, no como una cosa accesoria, sino donde uno tiene que predicar con el ejemplo, que créame que no voy a caer en errores tan infantiles y tan nimios como sólo centrarme en favorecer a tal o cual tendencia de tal o cual partido.