Estudio apunta a que un nuevo megasismo en el país es inminente
Investigación lo fija en una magnitud 9 y un tsunami que devastaría la zona costera nortina, tal como ocurrió hace más de un siglo. Lo importante es contar con la información y que el país esté preparado.
"Nos tocó vivir en este país, nos privilegió con una geografía maravillosa, pero nos cobra arriendo".
Así graficó el sismólogo Mario Pardo la realidad sísmica de nuestro país, a cuatro años del terremoto y maremoto que azotó la zona central de Chile, cobrando la vida de 521 personas.
Pero, tal como dijo el subdirector del Centro Sismológico Nacional, (CSN), dependiente de la Facultad de Ciencias Físicas de la Universidad de Chile, "la Tierra está viva", y el denominado 27/F no fue el fin de los temblores en el país. Poco sería decir que se han producido millones de réplicas imperceptibles y un centenar de sismos perceptibles, producto del gran movimiento. Las réplicas, por cierto, podrían continuar por hasta diez años más. No se debe olvidar que el terremoto generó una fractura de más de 600 kilómetros.
No obstante, la generación de un sismo de grandes magnitudes en esta zona no es la preocupación por ahora, pues el foco hoy está en el norte de Chile. De hecho, ya hay informes y estudios acerca de la posibilidad de que se produzca un gran terremoto, con posterior tsunami, en la zona norte del país, de magnitud 9 al menos; o bien, cuatro terremotos, cada uno de magnitud superior a 8 en la escala Richter.
Uno de estos, el que ya es de conocimiento del Ministerio del Interior, se titula "Análisis de la Amenaza Sísmica en la Zona Norte de Chile", y fue preparado por la Onemi, Interior, la División de Protección Civil y la Unidad de Contenidos y Generación de Proyectos de la cartera, y da cuenta de una calma sísmica - no existencia de un evento sísmico de alta magnitud en un tiempo prolongado- en la zona norte del país, entre las zonas de Arica y Parinacota, y Antofagasta, de aproximadamente unos 500 kilómetros de longitud.
El último evento que se produjo en esa zona fue en 1877: magnitud de 8.8, con epicentro al sur de Iquique. Continuó con un maremoto que destruyó Mejillones y que provocó la muerte de más de 2 mil 500 personas.
EN ALERTA
"Las condiciones lo indican, y la historia también lo indica. Arica y otras ciudades han sido destruidas por terremotos que se han vivido", indicó Pardo, agregando luego que "si se ven los reportes de los dos grandes terremotos, tanto en el norte de Chile y sur de Perú, ponen al menos 3 embarcaciones importantes en continente. Dejan en seco estas embarcaciones, y el terremoto posterior de 1877 también genera un tsunami que reflota estas embarcaciones y las pone en tierra. Podemos esperar algo parecido de lo que ocurrió antes. Si ocurrió en el pasado, seguro que ocurre en el futuro. La historia nos indica eso, no hay que hacer muchos estudios para concluirlo".
Según la investigación ya citada, en promedio, cada diez años se produce un terremoto de magnitud superior a 8 en algún lugar del país, evento donde se libera energía acumulada en las fallas entre las placas tectónicas. Hace 134 años que no hay un terremoto en el norte y, según las estadísticas, la recurrencia de grandes sismos en tal territorio es cada 112 años.
Así, en todo este tiempo, y considerando el promedio de convergencia ente las placas Sudamericana y de Nazca, de 10 centímetros por año, ya se han acumulado 13,4 metros que deberían desplazarse durante el próximo terremoto por la subducción de las placas, es decir, el hundimiento de una placa bajo la otra.
La tensión se ha ido acumulando en un área de ruptura de las placas de aproximadamente 500 kilómetros, entre el sur de Arica y la Península de Mejillones, con altas probabilidades de un evento próximo. Justamente en esta zona, indica el estudio, entre Arica y Caldera se configura una de las áreas de fractura de la placa de Nazca, que no ha liberado energía durante más de un siglo.
Durante ese tiempo, cabe mencionar, otros movimientos telúricos han ocurrido. En 1868, indica el estudio, hubo uno al sur de Perú, fuera de la costa de Arica, de magnitud 8.5. Pero, corresponde a un área de ruptura al sur de Perú, que en los últimos años ha liberado energía a través de algunos sismos, aminorando la tensión acumulada.
Como explica el informe, la zona comprendida entre Arica y Caldera es un área de fractura de la placa de Nazca, donde la Península de Mejillones genera un quiebre que divide el sector en dos zonas, una al norte y otra al sur.
De este modo otros eventos sísmicos, como el terremoto de Antofagasta de 1995, o el de Tocopilla de 2007, no están considerados dentro de la zona de calma propensa a tener un megasismo en los próximos diez años, ya que se encuentran al sur de la Península de Mejillones y en el límite de la gran ruptura que se espera, respectivamente.