Harboe revisa cómo será instalación del gobierno y sus primeros 100 días
Afirmó que la nueva composición del Parlamento resulta más favorable para aprobar sus proyectos y que reduce relevancia de los díscolos.
Relajado, descansado, con las pilas recargadas. Así está Felipe Harboe (PPD), senador electo por Octava Cordillera, quien regresó de sus vacaciones en el extranjero y aprovecha sus últimos días antes de iniciar un nuevo periodo legislativo, ahora en la Cámara Alta.
Reconocido por su cercanía con Michelle Bachelet, a quien acompañó en su mandato anterior desde la Subsecretaría del Interior, también ha ido ganando terreno en la Región, donde ya figura como uno de los líderes de su partido en la zona.
Los antecedentes anteriores lo avalan como fuente autorizada para hablar sobre la designación de las nuevas autoridades, la participación del PPD en la nominación de los cargos y los traspiés que se han visto durante el proceso.
-No corresponde que haya una vocería de un gobierno que aún no se instala. Esta fue una campaña larga, difícil, que partió en abril con primarias y terminamos en enero de este año. Los equipos terminan un poquito cansados y es legítimo que se tomen vacaciones. Sí ha habido cuestionamiento a autoridades designadas y ahí será el equipo de la Presidenta el que con responsabilidad y sin dejarse presionar con los intereses particulares, tomará la decisión. Pero, para eso se requiere tiempo. Un gobierno responsable no va a operar bajo la presión, sino de la información.
-No. Esta es una decisión de la Presidenta Bachelet. Es una decisión estrictamente gubernamental y espero que Rodrigo tenga un buen desempeño. El éxito del gobierno regional es el éxito del gobierno de Michelle Bachelet. Uno puede opinar, pero la decisión es de la Presidenta.
-Los partidos tenemos que entender que la política ha cambiado. Si uno considera que hay mejores liderazgos para representar a un gobierno que se va a instalar, tiene que tener la generosidad suficiente para anteponer el interés del país, del gobierno y de la Región al de mi partido o al particular. El PPD no renunció a la opción de la intendencia, pero sí planteó en su minuto sus aspiraciones.
-Siempre hay que privilegiar el interés del país o de la Región frente a la del partido. Y si la Presidenta tenía en carpeta a alguien como Rodrigo Díaz, uno tiene que apoyar esta decisión.
-Esta norma tácita instalada, de que las tres regiones más pobladas debían ser para cada uno de los partidos, se rompió y eso habla de una forma de entender la nueva forma de gobernar. Se busca a las mejores personas, más allá de las legítimas y necesarios aspiraciones de los partidos.
Esto habla que la Presidenta está eligiendo a los mejores y está pensando en una nueva forma de gobernar, más que un cuoteo.
-Creo que sí. Es muy importante que el equipo que acompaña al intendente en el desarrollo regional sea un equipo comprometido por el programa, que tenga una sola agenda, que es el éxito del gobierno de la Presidenta Bachelet y que tengan las características de personas con energía, para estar en terreno, con una nueva forma de hacer política, más abierta y transparente y esos son elementos que van a ser considerados al momento de elegir a los equipos locales.
-Tenemos un problema de expectativas. Hay altas expectativas de que se solucione gran parte de los problemas que la ciudadanía está sintiendo. Los primeros tres meses van a ser fundamentales. También se va a fijar el estilo de diálogo que va a generar la autoridad con los diferentes movimientos sociales, partidos políticos, gremios empresariales, entidades académicas. También creo que hay que hacer un manejo de expectativas importantes y hay 56 medidas para los primeros 100 días que tienen que concretarse. Eso ha implicado que ya se estén trabajando algunos proyectos de ley con algunas medidas que van a tener que ser presentadas a partir del 11 de marzo. Veo un escenario muy desafiante para las nuevas autoridades.
-Gobernar siempre ha sido difícil, pero la composición del nuevo parlamento es más favorable que el que hemos tenido hasta ahora en todos los gobiernos democráticos. Eso permite llevar adelante algunas reformas sin necesidad de sentarse a negociar con la derecha. No obstante, no creo en la tesis que hay que pasar la aplanadora, sino que siempre hay que buscar los acuerdos para darle mayor sustento y estabilidad a los cambios que se pretenden hacer. También creo que va a haber menos espacio para los díscolos de nuestra coalición, porque nuestro programa es más progresista y la mayoría que tenemos en la Cámara de Diputados disminuye la relevancia de que uno o dos diputados intenten condicionar sus votos a cargos en el gobierno.
-Veo una derecha con una profunda herida. Ha sufrido la mayor derrota desde 1989, tanto en materia presidencial como parlamentaria, y eso ha significado que se ha detonado una discusión interna muy profunda respecto a la verdadera derecha (o tradicional) y la nueva derecha. Se empiezan a cuestionar las bases fundamentales que los unen. Eso se manifiesta en que en aquellos sectores más afines a RN han surgido a lo menos dos movimientos con intento de crear partidos políticos y la UDI se debate en una lucha generacional interna.
-Creo que vamos a pasar de una oposición ideológica a una táctica, dado que sus líderes más tradicionales están fuera del partido. Vamos a ver una oposición bastante dura, pero en base al día día y no a la estrategia a largo plazo.