Comenzar la vida escolar o llegar a un colegio nuevo son circunstancias que generan ansiedad y temor. Sin embargo, es necesario entender que se trata de reacciones normales y naturales.
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Ansiedad, temor, inseguridad y nerviosismo son algunas de las emociones que afectan a los niños al enfrentarse al inicio de clases.
Son dos las situaciones que entran dentro de esta categoría. La primera corresponde a los pequeños que por primera vez entran a clases y la otra, a aquellos que, por diversas razones, deben cambiarse de colegio y enfrentarse a un nuevo escenario.
Sin embargo, en esos momentos, lo importante es que los estudiantes tengan una adecuada contención.
Bajo esta perspectiva son los padres quienes tienen la obligación de ayudar a los niños, darles tranquilidad y explicarles lo que están viviendo.
Según explicó la directora de Pedagogía de la Universidad San Sebastián Cecilia Jofré Muñoz, "en muchas ocasiones los padres manifiestan las mismas emociones y sentimientos al dejar a sus hijos solos en un ambiente donde pueden percibir amenazas, entendidas como situaciones desconocidas a las que sus hijos pueden enfrentarse, sin tener claridad respecto a su reacción".
Lo anterior no debería causar sorpresa, dado que la ansiedad es un mecanismo de alerta frente a situaciones desconocidas y una de sus manifestaciones es el temor, miedo que debemos considerar como una emoción normal frente a un contexto donde se encuentran solos, sin la protección del hogar, frente a muchas personas desconocidas y una estructura de funcionamiento sometida a reglas, horarios y exigencias que pueden, dependiendo del sistema de crianza familiar, no ser habituales para ellos.
DISMINUIR LA ANSIEDAD
Los efectos que se manifiestan ante la idea de vivir el primer día pueden ser distintos, desde el llanto hasta la buena disposición a pasarlo bien, con alegría y confianza.
Pero, independiente de cuál sea la reacción, lo importante es considerarla como un comportamiento normal dentro de un proceso de adaptación natural a un mundo que va a presentar muchas novedades.
Así lo sostuvo Jofré, quien explicó que es muy relevante ayudar a los escolares en este paso y, de esta manera, disminuir su ansiedad y temor en estos primeros días de colegio.
"Visitar juntos el colegio, sus dependencias, explicar a los niños su funcionamiento, sus beneficios, las oportunidades que les ofrecerá en relación al ámbito social, cultural y en la vivencia de nuevas experiencias y aprendizajes", ayudaría en gran medida a mermar el temor.
Sobre cómo manejar este proceso hay distintas alternativas, aunque hay que tener cuidado con ellas.
Si bien, en este sentido, los padres podrían anticiparse a algunas situaciones negativas que podrían vivir sus hijos en el colegio, no es recomendable centrarse en ello, por lo que no se recomienda exponer a los niños a situaciones negativas que podrían no ocurrir nunca.
"Es mejor ir enfrentando el día a día, a través del relato de los propios niños, de manera de ir identificando los apoyos que irán necesitando en este proceso de adaptación", aconsejó la profesional.
ENTREGAR CALMA
Cecilia Jofré afirmó que es importante tener en cuenta que aunque existen varios caminos para enfrentar este período, siempre será mejor la paciencia y la empatía para comprender la conducta de los niños.
Es por esto que la recomendación para los padres es calmarlos, mostrar confianza y tranquilidad, darles la seguridad de que todo estará bien, incentivarlos a conocer amigos, motivarlos con los nuevos aprendizajes, ayudarlos a resolver sus miedos y, paulatinamente, ir dejándolos resolver y enfrentar las situaciones mediante la utilización de sus propios mecanismos, lo que contribuirá a su autoconfianza y conocimiento de sí mismo.
La jefa de carrera de Pedagogía en Educación Parvularia de la Universidad Santo Tomás Concepción, Marcela Domínguez Coloma, agregó que todos estos cambios y nuevas etapas deben ser entendidas y enfrentadas de forma más natural posible. Entre los consejos que la profesional entregó (ver recuadro), recalcó que es relevante cuidar el lenguaje verbal y no verbal, además de pensar en lo que se dice y/o comunica corporalmente.
"Si queremos que nuestros hijos vayan felices al colegio y enfrenten con seguridad y confianza los diferentes procesos de la vida, primero debemos ser consecuentes con lo que exigimos y con lo que transmitimos. Enseñar con el ejemplo sigue siendo una estrategia muy eficaz para educar", concluyó la docente.