La más clara definición de suspenso la dio el británico Alfred Hitchcock (1899-1980). Ésta se lee en el libro de entrevistas (500 preguntas en 50 horas) que sostuvo con Francois Truffaut en 1962: "El cine según Hitchock".
Allí el realizador inglés lo explica del siguiente modo: "Nosotros estamos hablando, acaso hay una bomba debajo de la mesa y nuestra conversación es muy anodina. No sucede nada especial y de repente: Bum, explosión. El público queda sorprendido, pero antes de estarlo se le ha mostrado una escena anodina, desprovista de interés. Examinemos ahora el suspenso. La bomba está debajo de la mesa y el público lo sabe, probablemente porque ha visto que un anarquista la ponía. La gente sabe que la bomba estallará a la una y es la una menos cuarto (hay un reloj en el decorado). La misma conversación anodina se vuelve muy interesante, porque el público participa de la escena. Tiene ganas de decir a los personajes que están en la pantalla: No deberías contar cosas banales: Hay una bomba debajo de la mesa y pronto va a estallar. En el primer caso se le ha ofrecido al público quince segundos de sorpresa en el momento de la explosión. En el segundo, le hemos ofrecido quince minutos de suspenso".
Precisamente, estas palabras "noquean" a cualquier producción que se precie de nadar en las aguas del suspenso, pero sin obtener resultados a favor. Lo más probable es que su trama se torne en predecible, aburrida y estirada como un chicle audiovisual. En el correr del siglo XXI esto cabe tanto para el cine y como la TV.
UN CASO RECIENTE
Precisamente "Vuelve temprano", nocturna de TVN al aire desde el 7 de enero pasado; ha hecho que esos "15 minutos" de suspenso que se refiere Hitchcock se tornen en un argumento de relleno. Ha hecho que la producción se vea como un producto algo forzado para los cánones actuales de la ficción.
A ver, hace rato ya que el televidente no cae en la tentación de cuestiones obvias. Basta mirar un capítulo de "Walking dead" o "True Detective", para percatarse de esto, aún cuando se trate de relatos con temáticas diferentes.
Lo que en "Vuelve temprano" se inició como una historia que por ahí remitía al "Caso Matute" -claro que en la ficción el hijo aparecía muerto en el primer capítulo con un promedio de 22 puntos de rating- se fue convirtiendo en lo que podemos llamar un "choclo narrativo": La trama ha ido desgranando para cualquier parte.
Aún entendiendo que esto es ficción, por lo tanto, se acepta la exageración de la realidad; lo concreto es que esta nocturna es el típico producto que pretende decir algo, aunque finalmente no lo hace. Es algo que puede pasar en una teleserie, al tratar de instalar al aire un promedio que bordea 100 capítulos. Sin embargo, el "suspenso", debe involucrar al espectador hacia algo, un objetivo dramático: Eso de creer saber, pero andar perdido, a partir de giros atractivos en el guión.
Al respecto, lo único que ha hecho la producción dirigida por Víctor Huerta y Rodrigo Meneses es abusar de la paciencia de quien está al otro lado del set. Esto con ingredientes secundarios como amoríos en la familia, pistas falsas, personajes tipo (el dueño de la discotheque es malo, pero no tanto) y situaciones que alejan el centro del relato: Saber quién es el asesino.
Lamentablemente, con investigadores tan básicos como los interpretados por Francisco Melo y Matías Oviedo -las pistas las pudieron haber obtenido en una semana de capítulos, sin que se le pasen frente a sus narices-; el misterio queda en una apartado infantil. Incluso, poco sano para la tolerancia dramático/narrativa del telespectador.
HACER LO MÁS FÁCIL
Asumiendo que "VT" debe proyectarse por un par de meses más, hasta ahora lo único desarrollado por los guionistas -Alejandro Bruna, Felipe Rojas, Paula Parra y Raúl Gutiérrez- es un abuso de lugares comunes. Han hecho que el centro narrativo se expanda dándose vuelta en lo mismo. Y si al principio las sospechas se orientaron hacia uno de los amigos de Ignacio (el muerto o la excusa), al tiempo giraron hacia el hijo descarriado de Marcelo Alonso.
Sin ir más lejos es el personaje interpretado por este actor -Francisco- en quien por estos días se posaron las miradas de culpabilidad.
Y así vamos a seguir durante los próximos capítulos (sin ganchos certero), por más que en TVN anuncien la nueva "semana clave" para develar el misterio. Al final, van a caer en lo típico: El asesino será el menos probable y las causas de la muerte las más increíbles (según la trama). Por supuesto, todo esto ajustando el guión con esos fines, por más que los cabos sueltos digan otra cosa y el exceso (juvenil) sea una caricatura.